Los obispos de la Conferencia Episcopal de Chile emitieron una declaración en relación al anuncio del presidente de la Nación, Gabriel Boric, sobre proyectos para legalizar el aborto y la eutanasia.

En el discurso presidencial conocido como tercera cuenta pública ante el Congreso en Valparaíso, Boric anticipó este sábado 1 de junio que a fin de año enviará un proyecto para legalizar el aborto.

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El mandatario subrayó “la necesidad de dar un debate democrático en materia de derechos sexuales y reproductivos, pese a que algunos diputados hombres se opongan”. 

El anuncio, que fue sorpresivo, ya que el gobierno había dicho que no avanzaría en el tema durante 2024, generó polémica y muestras de rechazo entre algunos legisladores allí presentes, que abandonaron el recinto en señal de protesta. 

Por otra parte, el presidente chileno anunció que pondrá urgencia a un proyecto de ley de eutanasia y cuidados paliativos que hasta ahora permanece en el Senado.

“Les debemos una respuesta a quienes sufren enfermedades terminales incurables que conllevan una disminución avanzada e irreversible de sus capacidades, con sufrimientos físicos persistentes e intolerables que no se pueden aliviar y que él o la paciente consideran inaceptable”, consideró, afirmando que aprobar esta ley “es un acto de empatía, responsabilidad y respeto”.

En Chile, en septiembre de 2017 fue promulgada la Ley Nº 21.030 que regula la despenalización del aborto en tres causales: peligro para la vida de la mujer, inviabilidad fetal de carácter letal y embarazo por violación.

Respecto a la eutanasia, en Chile se encuentra completamente prohibida.

El Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile lamentó estas iniciativas “que atentan contra el valor sagrado e inviolable de la vida humana” y llamó a “promover y defender la vida para un futuro compartido como país”.

El Episcopado chileno subrayó que “la Iglesia no cesa de recordar que la dignidad de todo ser humano tiene un carácter intrínseco y vale desde el momento de su concepción hasta su muerte natural”.

Respecto del aborto, citando el documento Dignitas infinita del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, señalaron que “el aborto procurado es la eliminación deliberada y directa de un ser humano en la fase inicial de su existencia”, y que “un ser humano es siempre sagrado e inviolable, en cualquier situación y en cada etapa de su desarrollo”. 

“No puede sostenerse un derecho a decidir en forma libre y autónoma sobre el propio cuerpo, olvidando y silenciando que en la mujer embarazada hay un segundo cuerpo, otro ser humano único e irrepetible, cuya existencia debe ser resguardada precisamente por su condición de ser humano”, señalaron los obispos.

En cuanto a la eutanasia, sostuvieron que “la vida humana, incluso en su condición dolorosa, es portadora de una dignidad que debe respetarse siempre”.

“Nunca debe ejercerse una acción directa para provocar la muerte”, afirmaron. “Debemos acompañar a la muerte, pero no provocar la muerte (…) La vida es un derecho, no la muerte, que debe ser acogida, no suministrada”, sintetizaron.

Los prelados indicaron que la defensa de los derechos humanos propuesta por el presidente Boric no puede lograrse “si olvidamos los derechos de los más vulnerables y frágiles”. 

“¡Promovamos los derechos humanos, defendamos la vida de quien está por nacer!”, concluyeron.