Las monjas clarisas del Monasterio de Belorado (Burgos, España) que declararon su separación de la Iglesia Católica a mediados de mayo, han dado un paso más al comenzar una ofensiva jurídica contra el Arzobispo de Burgos, Mons. Mario Iceta.
En la madrugada del jueves, horas después de que Mons. Iceta fuera nombrado Comisario Pontificio, la abadesa, Sor Isabel de la Trinidad, interpuso una denuncia ante la Policía Nacional por “abuso de poder”.
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Las monjas alegan que la autoridad reclamada por el arzobispo supone una “violación del derecho fundamental de asociación y el principio de separación, libre separación voluntaria, así como también por abuso de poder y por usurpación de la representación legal por parte del señor Iceta”, según recoge Estrella Digital.
Al día siguiente viernes, la abadesa, acompañada de dos hermanas y el falso cura Francisco José Ceacero, conocido por haber sido un reputado barman en el pasado, se presentaron ante el juzgado de guardia de Burgos.
Mons. Argüello: Se pone en riesgo la solución pastoral dialogada
Mons. Luis Argüello, Arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, expresó el pasado viernes en Roma tras su encuentro con el Papa Franciso, que la decisión de las monjas pone en riesgo la solución dialogada y de corte pastoral que pretendía Mons. Iceta:
“Es una pena, porque la intención del pastor de esa comunidad burgalesa es una solución pastoral, dialogada, en la que sea posible poder repensar las cosas por parte al menos de algunas de las religiosas”.
21 días desde la declaración cismática de las clarisas de Belorado
El pasado 13 de mayo, día de la Virgen de Fátima, la abadesa de las Clarisas de Belorado-Orduña, Sor Isabel de la Trinidad, hizo pública una carta y un manifiesto de contenido cismático en el que anunciaba que la comunidad de clarisas se ponía bajo la autoridad de un falso obispo excomulgado, Pablo de Rojas.
Días antes, la abadesa había solicitado la tutela al falso prelado excomulgado en 2019. Dos días después de conocerse la noticia, la comunidad concedió una entrevista a la cadena de televisión Telecinco, en la que la abadesa se reafirmó en las tesis sedevacantistas.
Al día siguiente, 16 de mayo, la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada de la Conferencia Episcopal Española emitió una nota en la que se dudaba de la unanimidad de la decisión tomada.
Por su parte, la comunidad rebelde estrenó una cuenta en Instagram en la que publicó un vídeo de algunas de las religiosas junto a familiares, asegurando que no se encontraban “secuestradas”.
Sin embargo, apenas 24 horas después, una de las hermanas que conformaba esa comunidad salió del Monasterio de Belorado, confirmándose la falta de unanimidad. El sábado 18 de mayo, sor María amparo aseguró en El Diario de Burgos que había tomado la decisión después de enfrentarse al falso obispo y “para no pertenecer a esa secta”.
La Federación de Clarisas y la provincia franciscana de Aránzazu también expresaron su “sorpresa y dolor” por la actitud cismática y tendieron la mano a las hermanas.
Dado el cariz que estaba tomando la situación, el Vaticano nombró Comisario Pontificio al Arzobispo de Burgos “otorgándole todos los derechos y deberes que el Derecho universal de la Iglesia y el Derecho propio del Instituto atribuyen al Superior Mayor y a su Consejo, incluida la representación legal en el ámbito civil”.
El arzobispado expresó entonces que, tras un “tiempo prudencial, de modo personal, se requerirá que cada una de ellas exprese su voluntad de continuar o no perteneciendo a la Iglesia Católica”.
Entretanto, las monjas de Belorado también tienen un frente judicial abierto con el Obispado de Vitoria, por la propiedad del Monasterio de Orduña, donde habitaba la mitad de la comunidad desde 2020, al haber incumplido las monjas los pagos comprometidos en el acuerdo de compraventa.