Con las elecciones programadas para el próximo domingo 2 de junio, muchos católicos en México se preguntarán cómo podrán cumplir con el precepto dominical si tienen responsabilidades en la jornada electoral todo el día.
Este día los mexicanos acudirán a las urnas para elegir a quien sucederá a Andrés Manuel López Obrador en la presidencia de México, así como representantes a más de 20.000 funcionarios públicos en diversas partes del país.
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Para aquellos católicos que participarán activamente en las elecciones, con responsabilidades que incluyen el ser funcionarios de las casillas electorales —los lugares a donde los ciudadanos asisten a votar—, la Iglesia Católica ofrece una solución: asistir a la Misa el sábado por la tarde.
El Código de Derecho Canónico, en su numeral 1248, señala que se “cumple el precepto de participar en la Misa quien asiste a ella, dondequiera que se celebre en un rito católico, tanto el día de la fiesta como el día anterior por la tarde”.
Asimismo, en el Misal Romano se indica que “para que la Misa del día anterior sea válida como Misa dominical o de fiesta de precepto, ha de celebrarse por la tarde (a partir de las 4:00 p.m.) y contener la liturgia y las lecturas de la Misa dominical”.
En esta línea, un caso que se ha viralizado en redes sociales en los últimos días es el del P. Emiliano Cabrera, párroco de Santa Mónica en la Arquidiócesis de Tlalnepantla, al norte de la Ciudad de México.
El P. Cabrera invitó a los fieles que no podrán participar en la Misa este domingo a causa de las elecciones a asistir a la celebración eucarística el sábado 1 de junio a las 6:00 p.m. (hora local), para que así puedan “cumplir el precepto dominical de la eucaristía”.
“Con el favor de Dios y de María Santísima, llevaremos a cabo una celebración anticipada dominical para los funcionarios de casilla”, señaló el sacerdote.
Jornada Electoral en México
Según el Instituto Nacional Electoral (INE), se instalarán alrededor de 170.858 casillas en todo el país, cada una integrada por un presidente, dos secretarios, tres escrutadores y los suplentes generales, lo que totaliza un millón 532.358 personas en estos cargos.
Además, se designaron ciudadanos para atender las casillas encargadas del escrutinio y cómputo de los votos de los mexicanos residentes en el extranjero, del voto anticipado para personas que por motivos de salud no podrán asistir el 2 de junio, y de las personas que se encuentran en prisión preventiva.
También se informó que acreditaron 21.703 observadores nacionales y 1.309 visitantes extranjeros para esta jornada electoral.
La participación democrática de los católicos en las elecciones de México
El P. René Carrera Sánchez, secretario ejecutivo de la dimensión de Fe y Compromiso Social de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), reflexionó sobre el compromiso social y la responsabilidad personal que implica la participación en las elecciones.
“En estos días se ha puesto en tela de juicio si el voto es un derecho prescindible o una obligación. De igual modo, en las conciencias de muchos fieles existe el conflicto si el no ejercer el voto es considerado un pecado, o si votar por algún candidato o partido puede representar una ofensa a la fe”, señaló el sacerdote a ACI Prensa.
Si bien indicó que la participación democrática “no es coercitiva”, en las actividades sociales es vista como una “corresponsabilidad en el bien común”. El P. Carrera mencionó que “siempre el fomento y el ejercicio del bien común serán un pilar para poder realizar una vida comunitaria plena. Quien no busca el bien común rompe la sinergia social y es el inicio para la desintegración”.
Puntualizó además que “en ellas vemos no solo una imposición, sino un modo de realizar nuestra vocación dentro del mundo a partir del orden y la justicia”.
En consideración de que el “sufragio es un acto moral”, el P. Carrera afirmó que su “abstención resulta en un pecado contra el bien común, es decir, en un pecado social”.
“El no ejercicio del voto es un pecado porque nos aísla de los demás y afecta a toda la sociedad con una indiferencia que no solo genera problemas políticos, sino también a nivel económico, social y cultural”, concluyó.