Los obispos de Puerto Rico publicaron un mensaje pastoral el pasado 28 de mayo, de cara a las elecciones generales del próximo 5 de noviembre, en el que piden a los ciudadanos “decidir correctamente” por medio del “discernimiento, contemplando a profundidad la realidad y la historia”.

Los comicios en la isla tendrán como razón fundamental elegir al nuevo gobernador del país, comisionado residente, el Senado, la Cámara de Representantes y los alcaldes de los 78 municipios para el cuatrienio que transcurre desde el comienzo del 2025 hasta el 2029.

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“Saber discernir para decidir bien, supone el respeto supremo hacia las personas. El debate debe ser de ideas que brotan de la realidad y no de personalismos. Priorizar la dignidad esencial de cada ser humano nos impondrá un respeto sagrado hacia los demás”, expresa la Conferencia Episcopal Puertorriqueña (CEP). Esto, añade, elevará el nivel del diálogo y los debates y fomentará un ambiente de respeto durante el proceso.

Los obispos remarcan que Puerto Rico necesita “una revolución moral y una transformación radical” de su sistema económico y de participación ciudadana. En ese sentido, destacaron que esta revolución partirá del encuentro de la sociedad con la Verdad Suprema, que no es más que Dios mismo. “El es la Verdad porque es vida y origen de la vida, y es al mismo tiempo la meta y fin de la historia”, sentenciaron.

De igual manera, la CEP subrayó la importancia del voto, a pesar de las incongruencias del sistema y de algunos líderes. 

Los puertorriqueños deben, continúa el Episcopado, elegir a representantes que sepan “hacerse servidores y servidoras del pueblo, que hoy se nos presentan con rostros cada vez más urgentes”: como la baja tasa de natalidad, el abuso infantil, la migración y la depredación del medio ambiente.

“No debemos perder nuestro sentido de urgencia para con los que sufren, y es un deber

identificar quiénes colaborarán entre sí,́ más allá de lı́neas partidistas, para encontrar

soluciones auténticas y profundas”, señalan los obispos.

En este sentido, la CEP propone 10 puntos urgentes sobre los que los candidatos electos deberían enfocarse para mejorar la realidad del país. Entre los retos más apremiantes que enfrenta Puerto Rico destacan la protección a la familia, la pobreza, el acceso a la vivienda —especialmente para matrimonios jóvenes—, y la corrupción del gobierno.

Por último, el Episcopado reivindicó “la importancia y la nobleza” del quehacer político, concebido para servir a todos por igual, con especial predilección por los que más sufren: 

“Debe existir una solidaridad en el mundo de la política donde todos somos corresponsables de todos y todas, especialmente del respeto a la dignidad de cada candidato y de sus familiares”, afirmaron los obispos.