21 velas se encendieron el viernes 24 de mayo en la Iglesia Sacred Heart (Sagrado Corazón) en la localidad de Uvalde —un poblado de Texas donde la mayoría es hispana— para recordar a los 19 niños y a las 2 maestras asesinados hace dos años, en una masacre que aún es una herida abierta para esta comunidad que no deja de recordar a sus deudos.
En la Misa por todos los fallecidos, presidida por joven sacerdote Matthew De Leon, participaron los padres de los pequeños asesinados, como Jailah Silguero, quien tenía sólo 10 años cuando ocurrió la tragedia; así como alumnos del Colegio Sacred Heart, al que muchos se cambiaron luego del tiroteo.
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El 24 de mayo de 2022, un día de horror para Uvalde, un joven de 18 años identificado como Salvador Ramos, ingresó con un fusil AR-15 a la primaria Robb Elementary School, en Uvalde, ubicada a unos 130 kilómetros al oeste de San Antonio.
En el colegio, Ramos asesinó a 19 niños y dos maestras, dejando heridas a muchas otras personas, antes de ser abatido por las autoridades.
Según informa Catholic Extension, el P. De Leon, que usó una estola blanca con los nombres de todas las víctimas, resaltó en su homilía que “el amor nos libera en un mundo que puede ser muy oscuro, que conocemos más que la mayoría. Es lo que nos da esperanza. El amor nos libera y la paz es posible”.
“No hay límites en lo que podemos hacer los unos por los otros. Podemos seguir forjando una comunidad levantada sobre los cimientos del amor”, subrayó.
El sacerdote se dirigió luego a las familias que perdieron a sus hijos en la balacera y les agradeció su presencia: “Gracias por estar aquí. Los amamos. Están en casa”.
Hablando después a los maestros de la primaria Robb, el sacerdote también les agradeció y les dijo: “Los amamos. Están en casa. Aquí es donde se nos permite permanecer en su amor [de Dios]. La curación que continúa en nuestra comunidad nos une”.
El sacerdote fue además quien asistió a muchos de los niños cuando ocurrió la masacre en 2022, ungiendo a los chicos que finalmente murieron, y acompañando a las familias mientras esperaban saber de sus seres queridos.
Los frutos de la fe tras la masacre de Uvalde
En los últimos dos años, las clases de formación en la fe se han cuadruplicado a más de 500. La matrícula escolar en la escuela Sacred Heart se ha duplicado. Los sacramentos para niños y adultos se han duplicado. Y la asistencia a Misa los fines de semana se ha duplicado a 1.400.
“Dios está llamando. La gente está escuchando”, refiere el P. De Leon.
Catholic Extension, una organización de recaudación de fondos que ayuda a garantizar que todos los católicos estadounidenses puedan practicar su fe, ha colaborado con la Iglesia del Sagrado Corazón desde 1906, cuando ayudó a construir la iglesia y la escuela originales.
Ofrecen becas para el colegio y apoyan a las hermanas teresianas de Uvalde mientras acompañan a los niños y sus familias para superar esta dolorosa situación.
Entre los proyectos en el futuro cercano está el centro de asesoramiento, que ofrecerá servicios de apoyo a toda la comunidad y se inaugurará en junio.
El arzobispo de San Antonio, Mons. Gustavo García-Stiller, quien siempre acompañó a la comunidad de Uvalde ante este doloroso trance, alentó a los adultos a seguir el ejemplo de los niños y destacó que “ellos liderarán el camino”.