La ruta este de la Peregrinación Eucarística Nacional tuvo uno de sus momentos más esperados el domingo 26 de mayo en Nueva York, con paradas en la Catedral de San Patricio y en la antigua casa de Santa Isabel Ann Seton, antes de cruzar el icónico Puente de Brooklyn.
En un día soleado y con algo de viento, la alegre procesión multilingüe atrajo miradas mientras se abría paso entre la multitud de turistas del fin de semana del Día de los Caídos, incluidos los marineros con sus brillantes uniformes blancos, que disfrutaban de la vista.
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Más tarde, los peregrinos que esperaban en el exterior del santuario de Santa Isabel Ann Seton, en State Street, reaccionaron como si hubieran visto a una celebridad, cuando vieron a la procesión acercándose al monumento católico situado en el extremo sur de Manhattan.
"¡Ya viene! Ya viene", gritaban varias personas. "¡Ya está aquí!".
Cuando la custodia con la Eucaristía llegó por fin al santuario, un grupo de peregrinos se arrodilló en la acera, algunos con lágrimas en los ojos.
La procesión marcó el inicio de la segunda semana completa de la Peregrinación Eucarística Nacional, una ambiciosa iniciativa, pionera en su tipo, de dos meses de duración, que culminará a mediados de julio en el Congreso Eucarístico Nacional de Indianápolis.
El evento, que busca reavivar la devoción a la Eucaristía entre los católicos de Estados Unidos, comenzó el 19 de mayo, domingo de Pentecostés, con peregrinos que partieron desde Connecticut, Minnesota, Texas y California, con cuatro rutas nacionales en total.
Tras pasar por el estadio de los Yankees y atravesar Central Park, la peregrinación se reanudó el domingo con las oraciones de maitines y laudes en la iglesia de San Vicente Ferrer, en el Upper East Side, y de allí a la Catedral de San Patricio, para la Misa dominical por la Solemnidad de la Santísima Trinidad con el Cardenal Timothy Dolan, Arzobispo de Nueva York.
En su homilía, el cardenal dijo que la Eucaristía es un don que invita a los creyentes a profundizar en su participación en la vida de la Santísima Trinidad. "Cada vez que recibimos dignamente al Señor en la sagrada Comunión ponemos más madera en el fuego de la vida de Dios en nosotros", indicó.
"Cuando nos sentimos algo apáticos o débiles, pecadores, preocupados o desesperados, avivamos el fuego de la vida de Dios en nosotros al recibir a la segunda persona de la Santísima Trinidad, Dios Hijo, nuestro Señor y Salvador, en la santísima Eucaristía", explicó.
Después de la Misa, Jesús Eucaristía fue llevado en una custodia fuera de la catedral hasta la escalinata de la Quinta Avenida, donde el Cardenal Dolan se arrodilló en oración y luego dio la bendición.
Un día de "gran alegría"
Con Mons. Gerardo Colacicco, Obispo Auxiliar de Nueva York, sosteniendo la custodia en alto, la procesión se dirigió hacia el sur, desde San Patricio, caminando otras dos horas hasta la iglesia de San Pedro, en la calle Barclay.
Allí, los peregrinos descansaron en los bancos mientras el P. Roger Landry, colaborador habitual de EWTN News, daba una breve charla sobre Santa Elizabeth Ann Seton, que se convirtió al catolicismo allí en 1805, y el Venerable Pierre Toussaint, otro heroico fiel que vivió a principios del siglo XIX.
Además de ser un predicador eucarístico designado como parte de la campaña nacional de avivamiento, el P. Landry es uno de los 23 "peregrinos perpetuos" que se han comprometido a completar la totalidad de su respectiva ruta de peregrinación.
"Fue una gran emoción cuando llegamos a la iglesia de San Pedro", dijo Sor Cecilia de las Hermanas Franciscanas Misioneras del Niño Jesús, una monja de Bologna (Italia), ahora con sede en Nueva Jersey.
"He hecho muchas peregrinaciones, y siempre hay una gran alegría cuando llegas a uno de estos lugares. Cada lugar de peregrinación es diferente. Te da esperanza en tu vida espiritual", dijo la Hermana Cecilia a CNA, agencia en inglés de EWTN News.
La siguiente parada fue el Santuario de Santa Elizabeth Ann Bayley Seton, y después la procesión marchó hacia el Puente de Brooklyn. Unas mil personas recorrieron las calles del distrito financiero, cantando detrás de la custodia: monjas y sacerdotes de distintas órdenes, jóvenes, ancianos y madres y padres que empujaban carritos de bebé.
Un gran porcentaje de los participantes era hispano, con grupos que cantaban en inglés y en español. A mitad del recorrido, la procesión se detuvo para una bendición, tras la cual Mons. Colacicco entregó la custodia al Obispo de Brooklyn, Mons. Robert Brennan.En Brooklyn, y luego se detuvieron brevemente en la catedral maronita de Nuestra Señora del Líbano.
"Nuestro mundo no comprende la naturaleza del verdadero amor. Cuando llevamos a Cristo Eucaristía a las calles, estamos llevando el amor verdadero a un mundo que desea el amor verdadero, aunque no pueda nombrarlo", dijo el padre Matthew Browne, director de la oficina de evangelización y catequesis de la diócesis de Rockville Centre.
Robert Bruder, otro participante de Long Island, compartió que volvió a la fe católica en 2023.
"El mundo necesita a Cristo y una Iglesia Católica fuerte que dé testimonio de la verdad. Las procesiones eucarísticas animarán a volver a quienes se han alejado de la fe", dijo.
Para la Hermana Cecilia, la procesión eucarística por el Puente de Brooklyn fue algo inspirador.
"Hoy estábamos fuera. Estábamos con Jesús Eucaristía. La gente se interesó. Me pedían oraciones. Algunas monjas repartían estampas con oraciones. Otras hicieron la señal de la cruz. Esto hizo que nuestro grupo se hiciera más grande", dijo la religiosa.
"Nueva York es una ciudad alejada de la espiritualidad, pero hoy hemos sido parte de algo extraordinario", dijo otra peregrina, Maria Baldi, quien vive en la ciudad.
"Han visto a gente rezando y han visto el Santísimo Sacramento. Esto genera curiosidad y preguntas", agregó "Te hace pensar. Hace que la gente se detenga y mire".
Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.