Hace unos días el sacerdote cubano Alberto Reyes había iniciado una protesta pacífica por la situación del país: tocar las campanas en señal de luto cada noche que no hubiese electricidad; sin embargo, ha tenido que cesar su iniciativa debido a presiones que vendrían del régimen comunista.

El sacerdote de la Arquidiócesis de Camagüey había anunciado su propósito el 17 de mayo en su columna He estado pensando, que publica periódicamente en su cuenta de Facebook para reflexionar sobre la realidad de Cuba.

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En su texto, el P. Reyes había alentado a los cubanos a dejar de colaborar con el régimen a través de acciones como no asistir a sus reuniones políticas ni integrar las brigadas de respuesta rápida —usadas para reprimir a los opositores—, entre otras medidas.

En cambio, invitó a “hablar desde la verdad, públicamente y desde lo que es evidente, desde la realidad que no puede ser negada, sin mentir, sin justificar lo injustificable. Y rezar, para que la libertad con que Dios nos creó se abra camino en nuestra tierra”.

“Yo, de hecho, he pensado en uno, y es este: a partir de ahora, cada noche que no tengamos electricidad, sonaré 30 veces las campanas de la iglesia, con el toque lento de los cortejos fúnebres, con el toque que anuncia muerte y luto: la muerte agónica de nuestra libertad y de nuestros derechos, la asfixia y el hundimiento de nuestra vida”, expresó el P. Reyes, párroco de la parroquia de Esmeralda.

Sin embargo, luego de dos noches, el sacerdote recibió la orden de detener su protesta pacífica.

En su cuenta de Facebook, el laico cubano Osvaldo Gallardo, quien actualmente radica en Estados Unidos y mantiene contacto con el P. Reyes, indicó que el Arzobispo de Camagüey, Mons. Wilfredo Pino, dijo al sacerdote que cesara su iniciativa.

“Detrás de esta prohibición, sin dudas, está la responsabilidad de la represora Caridad Diego Bello y su Oficina de Asuntos Religiosos al servicio del PCC”, señaló Gallardo, quien es originario de Camagüey y se desempeña como escritor y activista por la libertad religiosa.

Por su parte, citando fuentes cercanas a la Iglesia, el medio cubano 14ymedio.com indicó que el pedido de Mons. Pino fue “tajante” y “por el bien de la Iglesia y del padre Alberto”.

De acuerdo a este medio, “las presiones de la Oficina de Asuntos Religiosos del PCC, a cargo de Caridad Diego, son constantes, pero en los últimos tres años, tras las manifestaciones del 11 de julio de 2021, han arreciado, sobre todo con la prohibición de procesiones y celebraciones en numerosas iglesias por miedo a nuevas protestas”.

La Oficina de Asuntos Religiosos del Comité Central del Partido Comunista de Cuba es la que “gestiona los distintos aspectos de la vida religiosa” del país, tal como indica el Informe de Libertad Religiosa 2023 de Ayuda a la Iglesia Necesitada.

En ese sentido, en su columna del 14 de diciembre de 2022, el P. Alberto Reyes denunció que esta oficina es la “encargada de controlar la práctica de la fe, de fiscalizar cada movimiento de la Iglesia y de llamar machaconamente a los obispos y superiores cuando les molesta lo que dice o hace un sacerdote o religioso, para intentar que sean ellos los que ‘metan en cintura’ a ese sacerdotes o religioso mientras los realmente interesados quedan con las manos limpias".

En diciembre de 2020 ACI Prensa tuvo conocimiento de una de las presiones de esta oficina del PCC, cuando ordenó a una parroquia de Camagüey no llevar a cabo las cabalgatas navideñas, argumentando que era para evitar la propagación del coronavirus, a pesar que otras actividades en la provincia no habían sido restringidas.

El P. Alberto Reyes corre peligro

En diálogo con ACI Prensa, Gallardo pidió a los cristianos rezar por la integridad del P. Alberto Reyes. “Según mi opinión y juicio, corre peligro porque es difícil ser un profeta en Cuba (…), donde puede encontrar respaldo o no en las personas que lo rodean, incluso dentro de la propia Iglesia”, señaló.

Gallardo recordó que desde hace años el párroco de Esmeralda “levanta su voz” en favor de todo el pueblo cubano “para denunciar, para crear conciencia sobre la realidad” del país. “No hay libertad religiosa en Cuba, no hay libertad en Cuba, de ninguna manera”, añadió.

“Cuba sufre y la Iglesia Católica en Cuba sufren la represión de un régimen que ignora todos los reclamos del pueblo o por la libertad”, expresó.

Por ello, reiteró su pedido para que creyentes y personas de buena voluntad pidan “por el P. Alberto, porque creo que su integridad física y su libertad pueden correr peligro en estos momentos”.

Colaboró con esta nota Diego López Marina.