La Virgen de Guadalupe tomó protagonismo durante el debate presidencial en México el domingo 19 de mayo, luego de que Xóchitl Gálvez acusara a su contrincante, Claudia Sheinbaum, de “oportunismo político”, al usar una falda con la imagen de Santa María, “a pesar de que no crees en ella ni en Dios”.
Gálvez postula a la presidencia por la coalición Fuerza y Corazón— que agrupa a los grupos políticos Partido Acción Nacional (PAN), Partido Revolucionario Institucional (PRI) y Partido de la Revolución Democrática (PRD)— y Claudia Sheinbaum, de la alianza Sigamos Haciendo Historia, que encabeza Morena, el partido político fundado por el hoy presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
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Diversas encuestas difundidas en las últimas semanas en México ubican a Sheinbaum y Gálvez como las dos candidatas con más posibilidades en el proceso electoral. En tercer lugar se encuentra Jorge Álvarez Máynez, de Movimiento Ciudadano.
Durante el tercer debate presidencial del 19 de mayo, cuando se abordaba el tema de “Migración y Política Exterior”, Gálvez hizo referencia a un encuentro previo que ambas candidatas sostuvieron en el Vaticano con el Papa Francisco en febrero de este año.
“Las dos tuvimos un encuentro con el Papa, ¿le contaste a su Santidad cómo usaste la Virgen de Guadalupe en una falda, a pesar de que no crees en ella ni en Dios, le platicaste que derrumbaste una iglesia cuando fuiste delegada de Tlalpan? Tienes todo el derecho de no creer en Dios, es un tema personal. A lo que no tienes derecho es a usar la fe de los mexicanos como oportunismo político. Eso es una hipocresía”, dijo la candidata.
En respuesta, Sheinbaum dijo que los señalamientos de Gálvez eran “una absoluta provocación” a las que no contestaría.
Xóchitl Gálvez (@XochitlGalvez ) muestra foto de Claudia Sheinbaum (@Claudiashein) con falda con la imagen de la Virgen de Guadalupe. #Elige2024 #DebateINE pic.twitter.com/q5WHzh4SUO
— Grupo Fórmula (@Radio_Formula) May 20, 2024
De acuerdo al portal Infobae, el 5 de mayo de 2022 Claudia Sheinbaum, entonces jefa de Gobierno de la Ciudad de México, asistió a un festejo popular en la alcaldía Venustiano Carranza, en la zona centro-oriente de la capital mexicana. Durante el evento, recibió regalos, entre ellos una falda con la imagen de la Virgen de Guadalupe, misma que vistió más tarde durante las celebraciones en las calles.
En cuanto al derrumbe de una iglesia, se refiere a la demolición parcial de la Capilla del Señor de los Trabajos en la alcaldía de Tlalpan, al sur de Ciudad de México, el 29 de abril de 2016. Sheinbaum era entonces jefa delegacional de Tlalpan cuando, por lo que las autoridades calificaron de un “error”, trabajadores del gobierno derribaron parte del templo católico.
¿Qué impacto tiene la fe en las elecciones?
El P. Hugo Valdemar, quien durante 15 años fuera el director de Comunicaciones de la Arquidiócesis Primada de México, durante el gobierno pastoral del Cardenal Norberto Rivera, habló con ACI Prensa sobre la compleja relación entre la fe y la política en el contexto de las elecciones mexicanas.
El sacerdote explicó que a pesar de “que el elemento de fe no es definitivo en la balanza de una elección”, advirtió que “es un tema sensible, que puede llegar a tener efectos negativos en los candidatos”.
“En la opinión pública no se ve bien que la Iglesia intervenga en política y menos aún en la política partidista, y la Iglesia institucional tiene mucho cuidado en no causar división entre los fieles a causa de las preferencias partidistas”, señaló el P. Valdemar.
El sacerdote atribuyó la “ruptura profunda entre la fe del pueblo y la participación política” a la persecución religiosa experimentada en México durante los años veinte, la cual, según sus palabras, convirtió el tema “en un verdadero tabú”.
Los conflictos entre la Iglesia Católica y el Estado mexicano se remontan a la segunda mitad del siglo XIX, pero las tensiones llegaron a un punto crítico con la promulgación de la Constitución de 1917, marcadamente anticlerical.
Esta carta magna pavimentó el camino para la persecución religiosa que se vivió en México en la década de 1920 bajo el régimen de Plutarco Elías Calles, la cual a su turno detonó la Guerra Cristera, con católicos de diversas partes del país levantados en armas para defenderse de la persecución gubernamental, que dejó mártires como San José Sánchez del Río, el Beato jesuita Miguel Pro, el Beato Anacleto González, San Cristóbal Magallanes y compañeros mártires, entre muchos más.
Aunque la Guerra Cristera culminó a mediados de 1929, la persecución duró varios años más. No sería hasta 1992 que la Constitución de México fue reformada y se promulgó la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, que reconoce el estado jurídico de la Iglesia Católica en el país.
La Constitución de México permite que los sacerdotes mexicanos voten, pero prohíbe que los ministros de culto realicen “proselitismo a favor o en contra de candidato, partido o asociación política alguna”.
Ante esta situación, el P. Valdemar apuntó que la participación “activa y partidista” en política es responsabilidad de los laicos, y aseguró que es a través de “laicos formados” que puede producirse “una influencia positiva para una política que sea más ética y, por qué no, con valores cristianos”.
El sacerdote mexicano recordó que el Episcopado “llama a tomar conciencia del voto y a la participación. Así mismo, orienta desde una perspectiva moral en los valores que son irrenunciables, como la familia, la vida desde desde la concepción hasta su fin natural, la libertad religiosa, el derecho de los padres a educar a sus hijos y el bien común, etc.”.
“Pienso que en las diócesis que se han organizado talleres sí puede haber una influencia en el voto”, destacó, aunque lamentó que “por desgracia son pocas las diócesis que han trabajado en ello”.
Ante la situación política actual, el P. Valdemar consideró que “la Iglesia ha fallado estrepitosamente en la búsqueda y formación de laicos que den la batalla por una dignificación de la política, hoy tan degradada y corrompida, y la formación de líderes católicos que hagan posible la integración de la doctrina social de la Iglesia en la vida pública”.