Jimena, la joven que recuperó la vista tras comulgar en una Misa durante la JMJ de Lisboa, cuenta a ACI Prensa cómo vivió ese momento, su vuelta a casa y los detalles de un especial encuentro que mantuvo con el Papa Francisco durante una peregrinación que hizo con su familia a Roma para agradecer a la Virgen aquel “milagro”.
El tiempo pareció detenerse en aquella cafetería madrileña donde Jimena — la joven que recuperó la vista en una Misa de la JMJ de Lisboa después de rezar una novena a la Virgen María— y su padre conversaron con ACI Prensa.
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Con la sencillez propia de una joven de 17 años y una mirada cargada de luz y esperanza, Jimena recordó con detalle lo que sintió aquel 5 de agosto del pasado año, día de Nuestra Señora de las Nieves, la Virgen a la que tanto había pedido recuperarse de su enfermedad tras más de dos años viendo borroso y varios tratamientos fallidos.
“Lloré de paz”
“Cuando volvimos de comulgar me senté en el banco y entonces, como que todos los nervios que había sentido de repente desaparecieron. Yo había estado temblando de los nervios, y cuando nos pusimos de rodillas después de comulgar, cerré los ojos, y noté como muchísima paz, y entonces dejé de temblar”.
Tras recibir el Cuerpo de Cristo en una iglesia de Évora de Alcobaça, la joven explica que sintió la necesidad de llorar, pero no fue un llanto al que estaba acostumbrada: “Me puse a llorar como de paz, no me había pasado nunca, no sabía que se podía llorar de paz”.
“Estaba como súper tranquila, como si por dentro ya supiera qué había pasado, sin abrir los ojos. Y luego ya pues los abrí, me sequé las lágrimas y podía ver perfectamente el altar, el sagrario…”.
“Los planes de Dios son mucho más grandes que los nuestros”
También recuerda haber reconocido a sus amigas, quienes comenzaron a celebrar con ella lo que había ocurrido. “Cuando acabó la Misa, para la acción de gracias, subí para leer la oración de la Virgen de las Nieves como agradecimiento”.
Desde aquel instante, Jimena agradece cada día el “milagro” que le hizo comprender “que hay que dejarse caer un poco en los brazos de Dios, porque sus planes son mucho más grandes que los nuestros. Es más confiar que intentar llevar nuestra vida de fe por donde queremos nosotros”.
“Nuestra Madre no deja las cosas a medias”
Su padre recuerda que hace un tiempo, antes de la curación, Jimena iba a ser intervenida de urgencia en quirófano. “Ella rezó mucho a la Virgen esa noche y al día siguiente la convergencia en el ojo se le curó”, por lo que no hubo necesidad de operar.
Para su padre, esta primera curación de su hija había sido una señal: “Si tienes una previa curación delante de la Virgen, pues entonces tu fe se sustenta en eso. Es decir, nuestra Madre no deja las cosas a medias y no iba a abandonarnos en ese momento”.
Pasado un tiempo de aquella “señal”, durante un paseo en la playa del Rincón de la Victoria en Málaga (España), de camino a visitar una imagen de la Virgen del Carmen que se encuentra entre las rocas, padre e hija decidieron abandonarse completamente en la Virgen.
“Fue en ese paseo por la playa donde nos acordamos de una cosa muy importante, que yo creo que es esencial en todo este proceso, y es dejar que Dios actúe, no meter a Dios en nuestros planes, sino formar parte de los suyos. Entonces, cambias tu forma de rezar. No se trata de rezar para que Dios haga lo que tú quieres, sino de rezar para entender lo que Dios quiere que hagas”.
El padre de Jimena precisa que fue entonces “cuando entendimos que había que montar una novena para el 5 de agosto”.
La opinión de los médicos tras “el milagro”
Al volver de Portugal, Jimena visitó a la médico que durante los últimos años había seguido su caso y a la que debido a su enfermedad, “no ponía cara”.
“No se lo explicaba, estaba muy emocionada. Y luego también un médico dijo que por mucho que me hubiera curado, nunca habría sido de manera instantánea”, relata la joven.
“Sí, — precisa su padre — nos dijo básicamente que no tenía una explicación lógica. Que dentro de las posibilidades médicas, Jimena podría haberse llegado a curar poco a poco cuando hubiera cumplido 40 o 45 años. O sea que existía esa posibilidad, pero claro, con 16 años y así de repente no hay casos previos, no existe”.
El padre de la joven señala que fue un encuentro muy bonito y que “todas las enfermeras estaban emocionadas de verla y le dieron abrazos. Hicieron todas las pruebas otra vez y había desaparecido por completo todo”.
El Papa Francisco les animó a peregrinar a Santa María la Mayor en Roma
A la vuelta de la Jornada Mundial de la Juventud, Jimena escribió una carta al Papa Francisco para contarle su experiencia.
El Santo Padre no tardó en contestar y les animó a peregrinar a Santa María la Mayor, conocida también como Santa María de la Nieve, una de las basílicas más importantes de Roma dedicada a la Virgen de las Nieves y por la que el Pontífice siente un especial cariño.
Lo que no sabía el Papa Francisco es que, por providencia, la familia ya tenía programado — desde hace un año atrás —, un viaje a Roma para pasar allí fin de año.
“Los billetes los saqué en enero del año pasado, meses antes de que Jimena se hubiera curado. Asumimos que iríamos a Roma con Jimena ciega, pero fíjate…”, expresa su padre aún emocionado.
Un especial encuentro con el Papa Francisco en el Vaticano
Durante su viaje a la ciudad eterna, el cual se convirtió en una peregrinación en agradecimiento a la Virgen, la familia mantuvo un encuentro privado con el Santo Padre y también participaron en la Misa presidida por él el 1 de enero, solemnidad de Santa María Madre de Dios.
El padre de Jimena asegura que todos quedaron “cautivados” por el Papa Francisco, quien les recibió durante más de una hora en la Casa Santa Marta del Vaticano, con su típica cercanía y familiaridad.
Afirma que les dio muchos consejos y les animó “a dejar todo el testimonio de Jimena por escrito y que contactemos con nuestro obispo en Madrid”, cuenta el padre de Jimena a ACI Prensa.
Siguiendo el consejo del Pontífice, actualmente están trabajando en la redacción del testimonio de Jimena y esperan una respuesta del Arzobispo de Madrid, el Cardenal José Cobo Cano, con quien intentaron contactar hace unos meses.
Respecto a la reacción de los médicos, cuenta que el Santo Padre “insistió en que ese tipo de comentario médico, ellos lo admiten como válido en sus procesos de milagros y demás. Porque, según le decía él, es muy difícil que un médico llegue a pronunciar la palabra ‘milagro’ en todos sus conocimientos científicos”.
Jimena y la Virgen María
Jimena, quien durante este tiempo ha compartido su testimonio a grupos reducidos en Madrid, afirma que ahora tiene “muchísima devoción” a la Virgen de las Nieves, pero confiesa que siempre ha estado unida a la Virgen María: “la siento cerca todos los días”.
Asegura además que le tiene “un cariño especial, porque al final yo siempre en todo lo que me ha pasado, me he apoyado mucho en la Virgen, sobre todo porque me parecía más fácil agarrarme al Rosario”.
“La Virgen, al final, como es intercesora, me parecía más fácil esa relación que tiene de Madre con nosotros. La veo como la Madre que es y que va apareciéndose, no físicamente, pero tiene guiños o cosas en las que nos muestra a todos que ya está aquí”.
Su padre remarca que Jimena ha sabido entender que “ella no es la protagonista de todo esto, sino que tenía un regalo muy por encima de otras personas y que le corresponde ser generosa y darlo. Pero que la protagonista al final es la Virgen”.
“Desde el milagro del 5 de agosto del año pasado, nos piden que nos unamos a novenas por curación de personas y nosotros nos unimos a todas. Pero lo hacemos de manera anónima, porque yo creo que sería malo que la gente pensara que Jimena tiene un poder. Otra cosa es que Jimena tenga una fe extraordinaria y una vida interior muy grande, pero eso pertenece a su vida privada”, remarca su padre.
Subraya “que es un error pensar que, de repente, alguien tiene un poder porque ha recibido un regalo. Son dos cosas muy distintas y mezclarlas es un error. Creo que una de las cosas bonitas, que también es una gracia de la Virgen, es ser capaz de compartir en testimonios personales y presenciales su experiencia para que otra gente se acerque más al Señor. Y ya está. Y lo demás es pura superstición”.
El padre de la joven recuerda que existen muchos milagros en el Evangelio que tienen como receptores a personas de las que nunca se sabe su nombre. También, destaca que hoy en día existen muchos milagros y que “el de Jimena ha sido más notorio porque la Virgen lo ha querido”.
“Hay que dejarle a ella. Ella (la Virgen María), es la que nos lleva a todos los rincones. Es imposible que nos planteáramos con un gran presupuesto de divulgación llegar a donde ha llegado esta historia”, remarca.
“La Eucaristía es un milagro mucho más grande”
Para Jimena, “la Eucaristía, al final, es un milagro mucho más grande porque parece como que está escondido porque no tiene, yo que sé, rayos que caen del cielo ni nada, pero al final es Dios, que es el que ha permitido que yo haya recuperado la vista y que estemos todos aquí, el que baja del cielo para meterse eso en un trozo de pan y que lo recibamos nosotros”.
“Me parece que es el momento en el que más cerca estamos del cielo aquí en la tierra, porque al final estamos en unión con Dios. Entonces, intento ir siempre que puedo a Misa”.
Una “nueva normalidad”
Jimena expresa con una sonrisa que, antes de recuperar la vista, “tenía una lista de libros que me quería leer. La vuelta a la normalidad ha sido una nueva normalidad en la que he hecho muchas cosas”, asegura.
Además, cuenta que dentro de unos días peregrinará de nuevo a Roma con su grupo de amigas que estuvieron a su lado durante la JMJ.