El Papa Francisco recibió este lunes 13 de mayo a los representantes de la comunidad católica Siro-malabar en Roma, a quienes recordó que el demonio existe y busca la división. Asimismo, les advirtió que donde hay desobediencia hay cisma.
La Iglesia Siro-malabar es la Iglesia Católica de rito oriental más grande de la India. Cabe destacar que la Iglesia Católica tiene más de 20 ritos orientales, todos en comunión con el Papa Francisco, y el rito al que pertenecen la mayoría de católicos en el mundo occidental es el latino.
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En enero de este año, el Obispo Raphael Thattil —presente en la audiencia de esta mañana— fue elegido Arzobispo mayor de Ernakulam-Angamaly, por más de 50 obispos siro-malabares en el sur de la India.
La elección de Mons. Thattil se produjo en medio de una amarga disputa sobre la decisión de los líderes siro-malabares de instituir una liturgia uniforme.
Recuerda que “el demonio existe”
Tras darles la bienvenida en el Palacio Apostólico, el Santo Padre destacó el “vigor” de su fe y devoción, al mismo tiempo que subrayó la obediencia que han mantenido al sucesor de Pedro: “donde hay obediencia hay Ecclesia, donde hay desobediencia hay cisma”, resaltó.
En este sentido, señaló que “las tradiciones orientales son tesoros indispensables en la Iglesia” y también les advirtió sobre el detrimento del bien común de la Iglesia: la deriva de la autorreferencialidad, “que lleva a no sentir más razón que la propia”.
“Y es aquí donde se cuela el demonio -el demonio existe-, el divisor, frustrando el deseo más sentido que el Señor expresó antes de inmolarse por nosotros: que nosotros, sus discípulos, seamos ‘uno’, sin dividirnos, sin romper la comunión”.
Por lo tanto, el Papa Francisco precisó que preservar la unidad “no es una exhortación piadosa, sino un deber, y lo es especialmente cuando se trata de sacerdotes que han prometido obediencia y de quienes el pueblo creyente espera ejemplo de caridad y mansedumbre”.
“Trabajemos con determinación para preservar la comunión, y recemos incansablemente para que nuestros hermanos, tentados por la mundanidad que lleva al anquilosamiento y a la división, se den cuenta de que forman parte de una familia más grande, que los ama y los espera”, instó el Pontífice.
El Papa Francisco puntualizó que debe haber “confrontación y discusión sin miedo” y destacó la importancia de rezar “para que, a la luz del Espíritu, que armoniza las diferencias y reconduce las tensiones a la unidad, se resuelvan los conflictos”.
“Con una certeza: que el orgullo, las recriminaciones, la envidia no vienen del Señor y nunca conducen a la concordia y a la paz. Faltar gravemente al respeto al Santísimo Sacramento, Sacramento de la caridad y de la unidad, discutiendo los detalles celebrativos de esa Eucaristía que es el punto más alto de su adorada presencia entre nosotros, es incompatible con la fe cristiana”.
Por el contrario, subrayó que “el criterio orientador, el verdaderamente espiritual, el que deriva del Espíritu Santo, es la comunión: significa verificar la adhesión a la unidad, la custodia fiel y humilde, respetuosa y obediente, de los dones recibidos”.
Además, el Santo Padre les invitó a no dejarse vencer por el desánimo o por un sentimiento de impotencia ante los problemas y en tiempos de dificultad y de crisis.
“Sé que la vida de muchos cristianos en muchos lugares es difícil, pero la diferencia cristiana consiste en responder al mal con el bien, en trabajar incansablemente con todos los creyentes por el bien de todos los hombres”, señaló.
Por último, el Papa Francisco les agradeció “el compromiso de vuestra Iglesia en los campos de la formación familiar y de la catequesis, y vuestro trabajo pastoral con los jóvenes y las vocaciones”.
“Juntos miramos a Jesús: a Él crucificado y resucitado, a Él que nos ama y nos hace uno, a Él que nos quiere reunidos como una sola familia en torno a un mismo altar”, expresó.