La Iglesia Católica en España ha recibido 358,99 millones de euros procedentes del mecanismo voluntario previsto en la declaración de la Renta realizada en 2023 y correspondiente al ejercicio fiscal 2022, por el que los contribuyentes deciden que el 0,7% de sus impuestos se destinen a su financiación
Según datos facilitados por la Conferencia Episcopal Española (CEE), 8,77 millones de contribuyentes marcaron la casilla que permite la transferencia de fondos provenientes de los impuestos a la Iglesia Católica, según el acuerdo alcanzado entre la CEE y el Gobierno de España en el año 2006, a cambio de dejar de tener una asignación directa en los Presupuestos Generales del Estado.
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El porcentaje de declaraciones del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) que han optado por financiar a la Iglesia Católica a través de este mecanismo conocido como “la X de la Iglesia” asciende al 30,96 %.
Los casi 360 millones de euros destinados a la Iglesia Católica por los contribuyentes españoles son transferidos al Fondo Común Interdiocesano, que luego distribuye a las diócesis. Este dinero cubre de media un 25% de la financiación eclesiástica, si bien en algunas circunscripciones eclesiales más necesitadas puede suponer el 75% del total de su presupuesto anual. Junto a esta cantidad, las diócesis se financian a través de los donativos y aportaciones de los fieles, que cubre un tercio de los recursos, y a lo que puede general mediante su patrimonio histórico artístico, que también conlleva grandes gastos.
Anualmente, la CEE pone en marcha la campaña “X Tantos”, con la que trata de convencer a los contribuyentes de que marquen la casilla de la Iglesia Católica en su Declaración de la Renta.
Este año, como iniciativa novedosa, invitó a un grupo de ciudadanos que no habían optado por este sistema de financiación eclesial a conocer algunas de las acciones pastorales y sociales de la Iglesia.
Una quincena de personas, ocho mujeres y siete hombres entre 19 y 61 años participaron en Un viaje por tantos. Un comercial, una profesora de inglés, un transportista, varios estudiantes, una persona sin trabajo, una camarera… Perfiles diferentes con una circunstancia común: no seleccionaban la “X de la Iglesia”. Tras el periplo de cinco días, algunos de ellos se mostraron dispuestos a cambiar de opción.