El Obispo de Culiacán (México), Mons. Jesús José Herrera Quiñonez, emitió un decreto de excomunión contra el sujeto que ingresó a una iglesia de la ciudad a realizar “actos de vandalismo y profanación” de la Eucaristía, amenazó a fieles con una custodia y destruyó imágenes religiosas.
A través de un comunicado, el prelado indicó que los hechos ocurrieron el 1 de mayo alrededor del mediodía, cuando cinco individuos ingresaron a la Capilla Eucarística del Templo del Espíritu Santo, antes del inicio de un Bautizo.
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“Uno de ellos tomó la Custodia —objeto sagrado que contiene la Hostia Consagrada—, y la utilizó para agredir a los presentes y destruir imágenes de santos colocadas en distintos puntos del recinto”, lamentó Mons. Herrera Quiñonez.
Hombre entra a iglesia del padre cuco y hace destrozos pic.twitter.com/TjidNVX97S
— COSAS DE CULIACAN (@cosasdculiacan) May 2, 2024
A pesar de los intentos de algunos fieles por detenerlo, el comunicado indica que el atacante “amenazó con la misma Custodia a los feligreses que estaban por participar en la celebración”, ante la complicidad de los acompañantes del agresor quienes no participaron en los “ataques y destrozos”.
Mons. Herrera Quiñonez denunció que finalmente “los agresores huyeron a la vista de todos”.
Frente a este hecho, el obispo declaró que el responsable cometió “un delito contra los Sacramentos, y se ha hecho merecedor, conforme a Derecho, de la excomunión latae sententiae”.
Este decreto se fundamenta en el canon 1382 del Código de Derecho Canónico, que establece la excomunión automática para “quien arroja por tierra las especies consagradas, o se las lleva o las retiene con una finalidad sacrílega”.
También se dio a conocer que se instruyó al párroco, el P. Luis Alfonso Iribe Leyva, “para que realice actos de desagravio fomentado el amor a Jesucristo, presente y vivo en la Santa Eucaristía”.
Robo de alcancías en una iglesia dedicada a la Virgen de Guadalupe
Este grave incidente se suma al robo del pasado 22 de marzo, en la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, conocida como “La Lomita”, donde desconocidos ingresaron y robaron las alcancías del templo.
Mons. Herrera Quiñones calificó estos actos como “una agresión directa a la comunidad, a la Eucaristía y al sentido de fe de cada católico”.
Sin embargo, el prelado enfatizó que, a pesar de lo sucedido, la Iglesia Católica no detendrá su labor de “seguir anunciado y testimoniando el mensaje de salvación”.