Desde sus inicios, Ayuda a la Iglesia Necesitada ha velado por los requerimientos materiales y espirituales de los cristianos perseguidos, “dos cosas que van juntas” porque la finalidad es llevar a las personas al Reino de Dios, afirma el P. Anton Lässer, asistente eclesiástico de esta fundación pontificia.
Fundada en 1947 para socorrer a los alemanes expulsados de su país, entre ellos 3.000 sacerdotes, Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN, por sus siglas en inglés) enfocó cinco años después su labor solidaria a los cristianos que sufrían la persecución en los países de la esfera soviética.
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De ahí, paulatinamente fue ampliando su campo de acción a Asia, Latinoamérica y África, hasta que en 2011 fue elevada a fundación de derecho pontificio por el Papa Benedicto XVI.
Ahora, gracias al apoyo de innumerables benefactores, ACN financia anualmente unos 5.700 proyectos de ayuda a la labor pastoral y de evangelización de la Iglesia Católica en 128 países, además de publicar cada año su informe sobre el estado de la libertad religiosa en el mundo.
Pero para llevar adelante este trabajo, ACN pone énfasis también en el cuidado de la vida espiritual de sus miembros y benefactores, porque “para nosotros primero debe ser el Reino de Dios”, afirma el P. Lässer.
La necesidad de ayudar brota del amor por Jesús
El P. Anton Lässer, sacerdote pasionista, asumió el cargo de asistente eclesiástico de ACN en abril de 2023, y desde entonces su labor principal es velar por la vida espiritual en las 23 oficinas nacionales que tiene la fundación.
A finales de abril visitó la sede de ACN Colombia luego de participar en la presentación de la nueva oficina en Perú. Durante su paso por la capital colombiana, el sacerdote ha explicado a ACI Prensa que su primera acción al asumir el cargo “fue reforzar la vida espiritual en la casa central” ubicada en Alemania.
“Desde antes que yo llegara se celebraba la Santa Misa cada día. Ahora se reza todos los días el Rosario, Laudes y Vísperas. Después hemos comenzado a organizar retiros, también con toda la gerencia, para reflexionar sobre nuestro carisma y sobre los fundamentos de la fe”, resalta.
En ese sentido, ha destacado que desde sus inicios “ACN ha combinado una predicación clara y fuerte con el pedir ayuda para aquellos que están necesitados”. “Las dos cosas van juntas”, porque si “en primer lugar no llevamos a Jesús, no llevamos lo suficiente”.
Así, el sacerdote pasionista ha asegurado que de la alegría de saber que “hemos sido llamados por Jesús a vivir su amor, brota la necesidad de ayudar a quienes no tienen medios”. Por ello, reitera que no se trata sólo “de darles algún dinero o medios, sino también de transmitir la fe y de aprender de ellos, de sus experiencias, de su fe”.
Transmitir la alegría de ayudar
Durante la entrevista, el P. Anton Lässer recuerda que no en todos los países desarrollados se vive “esa cercanía con la Iglesia necesitada y perseguida”, y por ello la fundación se convierte en puente para transmitir a los benefactores los testimonios de los cristianos beneficiados.
En varias ocasiones ACN es visitada por obispos de países donde hay necesidades y persecución. “Ellos nos hacen tocar esa experiencia de los hermanos perseguidos y necesitados, y así nos animan y nos refuerzan la fe a los que trabajamos en la fundación”, indica.
Estos relatos luego son llevados a los benefactores de ACN para ayudarles a que su fe también crezca. “Jesús dice: Dios ama al que dona con alegría”, señala el sacerdote, por ello buscan que cada donación para los necesitados nazca del corazón de las personas.
Esta vivencia espiritual es compartida en cada encuentro de ACN, sea para presentar su informe sobre libertad religiosa o escuchar los testimonios de cristianos perseguidos. Para ello, en cada evento se lleva a cabo una Hora Santa y se celebra la Misa para pedir a Dios por los países donde la Iglesia sufre persecución.
Presentar a Dios el sufrimiento de los demás
Durante el diálogo, el P. Lässer ha animado a los cristianos que son voluntarios en organizaciones no católicas a participar también con sus oraciones en las ayudas a la Iglesia necesitada y perseguida.
En ese sentido, recuerda que “la Eucaristía es lo principal, es la fuente y es la cima de la vida espiritual cristiana” y que “en la Misa estamos frente a Dios Padre”, a quien se le puede presentar el sufrimiento, la muerte, la pasión plena de Jesús en los hermanos perseguidos.
“Si yo ahora me doy cuenta que en Gaza, por ejemplo, 600 cristianos no saben cómo sobrevivir, pongo esto sobre el altar. Le digo: ‘Señor, Tú tienes muchas más posibilidades que yo, y te pido también por la conversión de aquellos que hacen tanto daño y tanto dolor’”, expresa.
“Cada bautizado hace parte del sacerdocio de Cristo”, explica el P. Lässer, y eso es lo que significa llevar ante Él las necesidades y sufrimientos “por la redención del mundo”.
“De ahí recibimos la paz y el cambio del mundo, y el dinero por sí mismo no hace esto. Por tanto, los actos que realizamos los ponemos en el misterio de la Redención (…). Es poner toda nuestra voluntad humana y medios naturales” ante Dios, de cuyo corazón procede “un amor sin fin”, finaliza el asistente eclesiástico de ACN.