El pasado 2 de marzo, al cumplir 75 años, el Cardenal Francisco Robles Ortega, presentó su renuncia al gobierno pastoral de la Arquidiócesis de Guadalajara (México), tal como lo establece el canon 401 del Código de Derecho Canónico, la ley de la Iglesia Católica. Sin embargo, el purpurado seguirá siendo un cardenal elector en un eventual cónclave, hasta que cumpla 80 años.
En rueda de prensa el pasado 24 de abril, el purpurado mexicano relató que tras cumplir los 75 años viajó a Roma y tuvo la oportunidad de intercambiar brevemente unas palabras con el Papa Francisco: “yo le comenté así, en cortito y directamente: ‘Santo Padre, acabo de cumplir la edad y mi carta de renuncia la deposité en la Nunciatura [Apostólica de México]. Por ahí le va a llegar’”.
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Luego, continuó el Cardenal Robles Ortega, el Santo Padre lo “miró un momentito” y le respondió: “‘vas a tener que esperar’. Nomás eso me dijo”.
El Arzobispo de Guadalajara señaló que la respuesta oficial del Vaticano le llegó el 3 de abril a través de la Nunciatura Apostólica, aceptando la renuncia, pero solicitando que continúe liderando la Arquidiócesis de Guadalajara “mientras no se disponga otra cosa”.
“No dice cuánto tiempo, por lo pronto así es. Así que acepto la voluntad de Dios manifestada en esta determinación del Papa para seguir sirviendo en la medida mis posibilidades”, señaló el purpurado.
Además, expresó que antes de remitir su carta de renuncia al Papa Francisco “estuve ciertamente en reflexión, en oración”, con lo que llegó a la conclusión de que “es tiempo de experimentar otro ritmo de vida”.
Este 30 de abril se cumplirán 33 años desde que el hoy Cardenal Robles Ortega fuera nombrado obispo por San Juan Pablo II. El 5 de junio de ese año, fue consagrado como Obispo Auxiliar de Toluca. Fue Obispo de Toluca entre 1996 y 2003; luego fue nombrado Arzobispo de Monterrey. El 27 de noviembre de 2007, el Papa Benedicto XVI lo creó cardenal.
En 2011, Benedicto XVI lo nombró Arzobispo de Guadalajara.
En la conferencia de prensa, el purpurado señaló que “uno desea tener otro ritmo de vida. También es sano que se renueve la vida episcopal, que vengan más fuerzas, más juventud, más energía”.
No obstante, aclaró que se dispone a lo que “Dios decida” a través del Papa, por lo que señaló: “en ese sentido me siento en paz, me siento tranquilo”.