En medio de la profunda crisis por la que atraviesan Líbano y Siria, que ha disparado el precio de la electricidad, la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN, por sus siglas en inglés) anunció que financiará paneles solares a gran escala en ambos países para ayudar a las instituciones eclesiásticas a mantener sus operaciones.
En el Líbano, comenta la fundación, el suministro eléctrico depende del Estado. Muchas partes del país reciben sólo 4 horas de electricidad al día. Algunos ciudadanos han logrado recurrir a generadores eléctricos que funcionan con combustible, sin embargo, su uso es limitado debido al elevado costo que representan.
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En Siria, por otro lado, la situación es peor. Dependiendo de la región, la electricidad está disponible 3 horas al día, en otras ya no existe suministro eléctrico alguno. Los ciudadanos también deben utilizar generadores “a menudo gestionados por compañías que funcionan como mafias”, denuncia ACN.
Esta gravísima situación afecta a la Iglesia Católica en ambos países, que no pueden ofrecer normalmente sus servicios a los fieles. El almacenamiento de alimentos y la calefacción son limitados. Además, el aumento de los precios hace muy difícil acoger a grupos para retiros u otros encuentros religiosos.
Para las caridades católicas es complicado mantenerse en pie. Los orfanatos, las residencias de ancianos, las escuelas y las guarderías luchan por funcionar en la oscuridad. Allí, prosigue la fundación pontificia, “las intoxicaciones alimentarias proliferan por falta de refrigeración”.
“Hemos ahorrado mucho dinero”
El P. Christian Gerges, párroco de la Iglesia de Santa Tekla en el Líbano, señaló a ACN que los paneles solares han permitido ahorrar dinero que ahora se destina a la misión pastoral de la parroquia.
Antes, el complejo parroquial “pagaba 60 dólares mensuales por electricidad, pero, desde la instalación de los paneles solares, la factura mensual es de apenas tres dólares”, precisó ACN.
Otro caso de éxito es el de las religiosas de la Congregación de la Sagrada Familia, también en el Líbano, quienes señalan que antes del proyecto de la fundación pontificia, sus gastos por electricidad rondaban entre 300 y 400 dólares estadounidenses, pero ahora se han reducido a 6 dólares.
“Hemos ahorrado mucho dinero”, afirmó la Hna. Yaout, una de las religiosas.
“Estas religiosas trabajan sobre todo con personas con discapacidad intelectual, y el ahorro en electricidad les permite ahora cobrar menos a los grupos por alojarse en la casa de huéspedes del convento”, añadió ACN.
Finalmente, un alumno de la escuela de Mar Antonios ubicada en la ciudad de Zgharta —también en el Líbano—, dirigida por la Congregación Antoniana, dijo a ACN que los paneles solares “van a cambiar realmente nuestro día a día, porque nos permitirán aprovechar mejor nuestras lecciones”.
Asimismo, un profesor de la escuela expresó su agradecimiento a la fundación pontificia, por sus esfuerzos para aliviar el sufrimiento de mucha gente. “Evidentemente, los paneles solares han mejorado muchas cosas, sobre todo, en lo que respecta a la enseñanza. Ahora tenemos electricidad para las pizarras digitales y podemos dar clase en mejores condiciones”, afirmó.
ACN concluyó remarcando que seguirá trabajando para ofrecer soluciones sostenibles y prácticas, para ayudar a las comunidades cristianas “a superar las penurias y dificultades en sus países de origen”.