En su discurso dirigido a los jóvenes este 28 de abril desde Venecia, el Papa Francisco les aconsejó salir “del mundo hipnótico de las redes sociales” y les recordó para Dios son sus hijos y no un “perfil digital”.
Desde pasadas las 9.00 (hora local), alrededor de 1.500 jóvenes del Véneto esperaban al Papa Francisco al ritmo de la banda sonora oficial de la JMJ 2023 de Lisboa en la plaza frente a la Basílica de San María de la Salud, a la que el Papa Francisco llegó en lancha motora.
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En su discurso dirigido a los jóvenes, el Santo Padre les recordó que “estamos llamados a cumplir el sueño del Señor: ser testigos y experimentar su alegría. No hay cosa más hermosa”, señaló.
“No sé si habéis tenido alguna experiencia tan hermosa que no podéis guardarla para vosotros, sino que sentís la necesidad de compartirla. Hoy estamos aquí para eso: para redescubrir en el Señor la belleza que somos y para alegrarnos en el nombre de Jesús, el Dios joven que ama a los jóvenes y que siempre sorprende”.
En este sentido, reiteró que “nuestro Dios siempre sorprende” e invitó a descubrirlo con la ayuda de la Virgen María.
Tomando a la Madre de Dios como ejemplo, propuso a continuación dos verbos esenciales: "levantarse e ir".
¡Levántate del sofá!
Ante los miles de jóvenes italianos, el Papa Francisco recordó que “estamos hechos para el cielo” y por ello les animó a levantarse del sofá y a “mirar hacia arriba”.
“Levantarse para decir ‘¡Aquí estoy!’ al Señor, que cree en nosotros. Levantarse para acoger el don que somos, para reconocer, antes que nada, que somos preciosos e insustituibles. No es autoestima, ¡es realidad! Reconocerlo es el primer paso que das por la mañana al levantarte: sales de la cama y te acoges como un regalo”, aconsejó.
A continuación, el Papa Francisco remarcó: “Para Dios no eres un perfil digital, sino un hijo, que tienes un Padre en el cielo y que, por tanto, eres hijo del cielo”.
Sin embargo, el Santo Padre afirmó que “a menudo nos encontramos luchando contra una fuerza de gravedad negativa que tira de nosotros hacia abajo, una inercia opresiva que quiere que lo veamos todo gris”.
Para levantarnos, recordó que “ante todo debemos dejarnos levantar: dejar que nos lleve de la mano el Señor, que nunca defrauda a los que confían en Él, que siempre levanta y perdona”.
“Cuando te sientas así, cambia de ‘marco’: no te mires con tus propios ojos, sino piensa en la mirada de Dios”, les pidió el Pontífice.
Asimismo, recordó que “Dios sabe que, además de bellos, somos frágiles, y las dos cosas van juntas: un poco como Venecia, que es espléndida y delicada al mismo tiempo. Dios no ata nuestros errores en su dedo, sino que nos tiende la mano”.
“El secreto de los grandes logros es la constancia”
Más tarde, explicó que, “una vez que estamos de pie, depende de nosotros permanecer de pie: ‘permanecer’ cuando nos apetece sentarnos, soltarnos, dejarnos llevar. No es fácil, pero es el secreto”.
“Sí, el secreto de los grandes logros es la constancia. A veces viene la fragilidad, pero la constancia es el secreto”, afirmó el Papa Francisco.
A continuación, destacó que hoy en día “vivimos de emociones rápidas, de sensaciones momentáneas, de instintos que duran instantes, pero así no se llega lejos”.
Advirtió también sobre “el riesgo es dejarlo todo a la improvisación: rezo si me apetece, voy a misa cuando me apetece, hago cosas buenas si me apetece... Esto no da resultados: hay que perseverar, día tras día. Y hacerlo juntos”, aseveró.
En este sentido, el Santo Padre animó a los jóvenes a ir contracorriente sin miedo: “toma la vida en tus manos, ponte en juego; apaga la tele y abre el Evangelio; deja el móvil y ¡encuéntrate con la gente!”.
Reiteró que “sólo remando con constancia se llega lejos” y explicó que “levantarse es acogerse como un don, ir es hacerse don, la capacidad de enamorarse”.
“Estamos en el mundo para incomodarnos, para salir al encuentro de quienes nos necesitan”, señaló a continuación.
“Vivimos inmersos en productos hechos por el hombre, que nos hacen perder el asombro ante la belleza que nos rodea, sin embargo la creación nos invita a ser creadores de belleza a nuestra vez, a hacer algo que antes no existía”, dijo a continuación.
En esta línea, les aconsejó “salir del mundo hipnótico de las redes sociales que anestesian el alma”.
“No seáis profesionales del tecleo compulsivo, ¡sino creadores de novedad! Una oración hecha con el corazón, una página que escribes, un sueño que realizas, un gesto de amor hacia alguien que no puede corresponderte: esto es crear, imitar el estilo de Dios”.
Por último, el Papa Francisco les animó a coger las riendas de su vida, y a “enamorarse de ella”. “Levántate y ve. Jesús te dirige esta invitación”, concluyó.