El próximo domingo 28 de abril el Papa Francisco visitará Venecia, cuya imponente basílica fue construida para albergar las reliquias del apóstol San Marcos, trasladadas de Alejandría hasta la ciudad italiana conocida por sus canales gracias a la astucia de dos mercaderes.
El primer Pontífice en la Bienal de Arte
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En su breve viaje de tan sólo un día, el Santo Padre participará en la 60° edición de la Bienal de Arte, que además este año cuenta con un pabellón del Vaticano, situado nada más y nada menos que en una cárcel para mujeres.
Así, el Papa Francisco se convertirá en el primer Pontífice de la historia que visita este evento tan significativo para la ciudad de las góndolas.
Tras mantener un encuentro con los jóvenes, el Papa Francisco se trasladará a las 11.00 (hora local de Italia), hasta la céntrica plaza de San Marcos, apodada como “el salón más bello de Europa”.
La basílica de San Marcos, conocida como la “Iglesia de Oro”
El gran tesoro de esta plaza — que en épocas de lluvia y “Acqua alta” se inunda y hay que recorrerla sobre grandes pasarelas— , es la Basílica de San Marcos, un templo bizantino de majestuosas cúpulas y cuya fachada de mosaicos dorados han hecho que sea conocida como “la Iglesia de Oro”.
Es en esta plaza, enmarcada por la gran basílica y también denominada catedral, donde el Santo Padre celebrará la Misa y más tarde dirigirá el rezo del Regina Coeli ante la presencia de miles de peregrinos.
La astuta hazaña de dos mercaderes en busca de las reliquias de San Marcos
La basílica fue construida junto al Palacio Ducal en el año 828 para albergar las reliquias del apóstol y evangelista San Marcos, nombrado patrón de la ciudad, y cuyos restos en un principio reposaban en Alejandría, donde fue martirizado en el año 62.
La tradición cuenta que fueron dos valientes mercaderes venecianos, Bon da Malamocco y Rustico da Torcello, quienes viajaron hasta esta ciudad portuaria de Egipto para robar los restos del apóstol.
Esta heroica hazaña se gestó como respuesta a la amenaza del gobernador árabe de Alejandría de destruir el santuario de San Marcos, con el objetivo de emplear sus mármoles para otras construcciones.
Ambos mercaderes consiguieron llevar las reliquias hasta Venecia gracias a una ingeniosa idea: las escondieron en un barril de grasa de cerdo que no fue revisado por los vigilantes de las aduanas debido al rechazo que los musulmanes tienen a la carne de cerdo, ya que lo consideran un animal “impuro”.
Actualmente, los restos del apóstol se guardan en la llamada Pala d’ Oro (retablo de oro) en el interior de la basílica, compuesto además con miles de piedras preciosas.
Sin embargo, en la basílica veneciana no se encuentra la totalidad de las reliquias que fueron sacadas de Alejandría, ya que en 1968, el Papa Pablo VI decidió devolver parte de ellas a los coptos.
El Patriarcado de Alejandría trasladó los restos del apóstol a la Catedral Copta de San Marcos, donde se colocaron en un altar especialmente construido y decorado con iconos coptos. Desde entonces, las reliquias del evangelista son veneradas en dos continentes.
Cabe destacar que la basílica de San Marcos se quemó en el año 928, durante una revuelta contra el dux Pietro Candiano IV. El templo se reconstruyó y fue consagrado finalmente en el año 1071.