Al cumplirse hoy, 24 de abril, el 109 aniversario del genocidio armenio a manos de turcos otomanos, el primer ministro de Armenia, Nikol Pashinyan, resaltó las profundas consecuencias de este hecho histórico en la sociedad del país, y remarcó que sólo los armenios son los “responsables y directores” de su destino.
El mensaje, publicado en la página web oficial del primer ministro de la República de Armenia, recuerda la memoria de las 1,5 millones de personas que perdieron la vida entre 1915 y 1923.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
La tragedia, que sucedió de manera paralela a la I Guerra Mundial, hizo perder al pueblo armenio “su condición de Estado” y lo convirtió en “víctima de intrigas geopolíticas y promesas vacías”.
“El Gran Genocidio se convirtió para nosotros en una tragedia y un dolor a nivel nacional”, expresó Pashinyan. Además, indicó que aquél acontecimiento aún influye incluso en la manera en que los armenios perciben el mundo, su entorno y a ellos mismos.
“Esto significa que, al ser un Estado reconocido internacionalmente, muchas veces nos relacionamos y competimos con otros países y la comunidad internacional en un estado de preocupación, y por ello, en ocasiones, no podemos distinguir correctamente las realidades y factores, los procesos históricos y los horizontes proyectados”, señaló el primer ministro.
En ese sentido, llamó a que el “Gran Genocidio” sea el tema clave de discusión en el pensamiento político, estético y filosófico armenio, en aras de poder superar las heridas tan profundas que ha generado en la nación euroasiática.
“Para nosotros, la conmemoración de los mártires del Genocidio no debe simbolizar la patria perdida, sino la encontrada y real: la República de Armenia, cuyas políticas competitivas, legítimas, reflexivas y creativas pueden excluir una repetición [del genocidio]”, afirmó Pashinyan.
Por otro lado, el presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan, extendió sus condolencias al pueblo armenio, a pesar de que Turquía no reconoce lo sucedido como un “genocidio” y se ha negado históricamente a catalogarlo como tal. Erdoğan indicó que “es importante abordar los acontecimientos históricos guiados por la razón, la conciencia y la ciencia, sin dar paso a la retórica radical, la otredad o el discurso de odio”.
En 2015, Erdoğan —de ideología islamista recalcitrante— criticó duramente al Papa Francisco por catalogar la matanza masiva de armenios en 2015 como un “genocidio” por parte del Imperio Otomano y le advirtió que "no repita este error".
En ese entonces, Estambul llamó a capítulo a su representante en la Santa Sede. Las declaraciones del Santo Padre fueron catalogadas por Erdoğan como “delirios y no hechos”.
En 2016, durante su Viaje Apostólico a Armenia, el Papa Francisco también denunció el genocidio y afirmó que la humanidad debe aprender de las trágicas experiencias del pasado para "evitar el peligro de volver a caer en tales horrores".
¿Qué fue el genocidio armenio?
El genocidio armenio fue la matanza de más de un millón y medio de cristianos de esta nacionalidad perpetrado por el Imperio Turco Otomano entre 1915 y 1923.
La masacre comenzó el 24 de abril de 1915, cuando las autoridades otomanas detuvieron a 235 miembros de la comunidad de armenios en Constantinopla (actualmente Estambul). La cifra de detenidos ascendió a 600 los siguientes días.
Más adelante, el gobierno otomano ordenó la expulsión de toda la población armenia, que tuvo que caminar cientos de kilómetros por el desierto, sufriendo hambre, sed, pérdidas de vidas humanas, robos y violaciones por parte de los gendarmes musulmanes que debían protegerlos, a menudo en combinación con bandas de asesinos y bandoleros.