En la tarde de este martes, 23 de abril de 2024, fue exhumado el cuerpo del Venerable José Torres Padilla, sacerdote español cofundador de la Compañía de las Hermanas de Cruz, para obtener reliquias, poco después de que el Dicasterio para las Causas de los Santos reconociera un milagro realizado por su intercesión que habilita su próxima beatificación.
Al acto, realizado en la Casa Madre de la congregación religiosa, asistieron el Arzobispo de Sevilla, Mons. José Ángel Saiz Meneses, sus obispos auxiliares Mons. Teodoro León -que fue postulador diocesano de la causa- y Mons. Ramón Valdivia, así como la Madre General de la Compañía, Sor Reyes de la Cruz.
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Fueron los propios prelados los que portaron, con ayuda de otros eclesiásticos, el féretro del P. Torres desde la cripta donde estaba enterrado, a través del claustro, hasta el lugar donde se ha reconocido el cuerpo y se han obtenido algunas reliquias.
Exhumación y reconocimiento de los restos mortales del Venerable José Torres Padilla, Presbítero.
— José Ángel Saiz Meneses (@ArzobispoSaiz) April 23, 2024
Su vivir fue siempre Cristo, entregado a Dios y a los hermanos, confiando plenamente en la providencia de Dios pic.twitter.com/4RMOTZT27n
Antes de proceder a la exhumación, tuvo lugar la ceremonia de juramento de quienes han intervenido, desde el delegado episcopal José Ángel Martín, pasando por los notarios, los peritos forenses y operarios.
¿Quién fue el P. José Torres Padilla?
El P. Torres (1811-1878) nació en la isla canaria de La Gomera y se trasladó a la Península para realizar sus estudios eclesiásticos. Fue sacerdote diocesano de la Archidiócesis de Sevilla y confesor de Santa Ángela de la Cruz. Dedicó buena parte de su actividad pastoral a la formación de nuevos presbíteros. Fue consultor del Concilio Vaticano I.
En mayo de 2022, el Papa Francisco declaró Venerable al P. Torres. El pasado 14 de marzo, el Dicasterio para las Causas de los Santos reconoció un milagro atribuido al sacerdote español, cuyos detalles estaban siendo estudiados desde el año 2019.
Se trata de la “curación de una paciente que, durante los meses de marzo y abril de 2018, estuvo hospitalizada en Sevilla debido a un tromboembolismo pulmonar bilateral”, según informa la Archidiócesis de Sevilla.