En su reflexión antes del rezo de la oración mariana del Regina Caeli en este cuarto Domingo de Pascua 2024, el Papa Francisco resaltó que para Jesús, el Buen Pastor que se entrega por sus ovejas y que las busca siempre, cada uno vale “el precio infinito de su vida”.
Ante miles de fieles reunidos en la Plaza de San Pedro en el Vaticano, el Santo Padre meditó sobre el Evangelio de hoy (Jn 10,11-18) en el que Jesús dice y repite que “el buen pastor da su vida por las ovejas”.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
“Jesús, de hecho, explica que no es un mercenario, al que no le importan las ovejas, sino el que las conoce. Así es: Él, el Señor, Pastor de todos nosotros, nos conoce, a cada uno de nosotros, nos llama por nuestro nombre y cuando nos descarriamos, nos busca hasta que nos encuentra”.
El Papa Francisco resaltó asimismo que “Jesús es el Buen Pastor, que por nosotros sacrificó la vida y, resucitado, nos dio su Espíritu” y “piensa en cada uno de nosotros como en el amor de su vida”.
“Pensemos en esto: yo para Cristo soy importante, insustituible, valgo el precio infinito de su vida. No es una forma de hablar: Él dio realmente su vida por mí, murió y resucitó por mí, porque me ama y encuentra en mí una belleza que yo a menudo no veo”.
El Papa Francisco alentó a verse cada uno con los ojos de Jesús y no con los ojos del mundo que miden el valor de las personas por el éxito. “Hoy Jesús nos dice que nosotros para Él valemos mucho y siempre”.
Entonces, es necesario buscar a Jesús Buen Pastor y preguntase “¿Sé encontrar cada día un momento para abrazar la certeza que da valor a mi vida? ¿Sé encontrar un momento de oración, de adoración, de alabanza, para estar en presencia de Cristo y dejarme acariciar por Él?”.
“Hermano, hermana, el Buen Pastor te dice que si lo haces, descubrirás el secreto de la vida: recordarás que el Buen Pastor dio la vida por ti, por mí y por todos nosotros, y que para Él eres importante, es más, insustituible. Que la Virgen nos ayude a encontrar en Jesús lo esencial para vivir”, concluyó el Papa Francisco.