El Papa Francisco instó este sábado a una desarrollar una “diplomacia cultural” y a evitar toda ideología durante una audiencia en el Vaticano con miembros del Pontificio Comité de Ciencias Históricas en su 70° aniversario.
“Es bueno que colaboren con otros, ampliando sus relaciones científicas y humanas, y evitando formas de aislamiento mental e institucional. Los animo a mantener este enfoque enriquecedor, basado en una escucha constante y atenta, libre de cualquier ideología, ya que las ideologías matan, y respetando la verdad”, indicó el Papa en su discurso del 20 de abril en la Sala del Consistorio.
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El Pontificio Comité de Ciencias Históricas fue fundado oficialmente por el Papa Pío XII el 7 de abril de 1954, aunque sus raíces se remontan al siglo XIX tras la apertura del Archivo Secreto Vaticano a investigadores. Está integrado por historiadores de varios países y de tres continentes. Su labor se extiende a representar a la Santa Sede en foros internacionales de estudios históricos, fomentar la investigación a través de conferencias y publicaciones, y ofrecer asesoramiento a los organismos vaticanos sobre cuestiones relacionadas con el legado histórico.
Según indicó Francisco el 20 de abril, estos profesionales cuentan con una “valiosa experiencia” a nivel individual, lo que garantiza “la dimensión internacional y la naturaleza multidisciplinaria del Comité”, misma que después calificó como una “diplomacia cultural”.
“Esto da testimonio de un compromiso con la búsqueda de la verdad histórica a escala global, en un espíritu de diálogo con diferentes sensibilidades historiográficas y múltiples tradiciones de estudio”, aseguró.
De acuerdo al Pontífice, el trabajo de los historiadores es “más necesario que nunca” en medio del peligroso conflicto global actual.
“Por lo tanto, los invito a continuar su trabajo de investigación histórica abriendo horizontes para el diálogo, donde puedan llevar la luz de la esperanza del Evangelio, esa esperanza que no defrauda”, agregó.
En su discurso, también reflexionó sobre la relación “vital” entre la Iglesia y la historia, subrayando la importancia del “testimonio humilde y valiente del Evangelio” para construir “una civilización del encuentro”. Advirtió contra las “tentaciones del individualismo” y “la afirmación ideológica del propio punto de vista”, instando a los historiadores a resistir y a vivir con pasión a través del estudio y el servicio a la unidad “que el Espíritu Santo nos muestra en Pentecostés”.
Finalmente, recordó las palabras del Papa Pablo VI, quien señaló que la Iglesia se encuentra en medio entre Cristo y la comunidad humana, llamando a los historiadores a alinear su trabajo con la búsqueda y afirmación de la verdad histórica.
“Que sus estudios históricos los conviertan en maestros de la humanidad y servidores de la humanidad”, concluyó el Papa Francisco, concluyendo su discurso con una bendición para los presentes y un pedido de oraciones.