El médico argentino Leandro Rodríguez Lastra, que en 2019 fue condenado por negarse a realizar un aborto, cumplió su condena y puede volver a ejercer la medicina.
El caso ocurrió en 2017 y el médico fue sentenciado en 2019 a un año y dos meses de prisión en suspenso, y dos años y cuatro meses de inhabilitación para ejercer la medicina en el ámbito público, fecha que se cumplió el 30 de enero pasado.
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En diálogo con EWTN Noticias, el Dr. Rodríguez Lastra recordó el procedimiento que lo llevó a una condena sin precedentes: “En el año 2017, he pasado por un episodio en la guardia del hospital público donde trabajaba, en la ciudad argentina de Cipolletti, en la Patagonia argentina, donde recibo una paciente en mal estado general por un embarazo avanzado, y tomo la decisión de interrumpir un proceso de parto prematuro que se estaba llevando a cabo, y mejorar el estado de salud de la paciente”.
“Esto fue interpretado por la Justicia, o por el Poder Judicial rionegrino, como haber impedido la voluntad de la paciente de interrumpir un embarazo, y de esa manera en el año 2019 fui condenado, y se acaba de cumplir esta condena”, resumió.
Este tiempo, aseguró el médico, “ha sido muy significativo”, más allá de la notoriedad de su caso, por el compromiso de ser “una suerte de muestrario de lo que puede pasar si uno no se somete a las decisiones arbitrarias del poder de turno”.
Esto generó en él “una situación de mayor compromiso con el cuidado de la vida, la protección de la vida del niño por nacer, la protección de la mujer”, reconoció.
Al respecto, hizo hincapié en la situación de la paciente que fue para la Justicia la víctima de este caso, “dado que ella había sido víctima de una violación, fue llevada a todos los medios, sobre todo los medios locales, como la gran víctima de todo esto, la que peor la pasó”.
Sin embargo, recordó, “una vez que el juicio se terminó, que la condena estuvo, esta mujer fue abandonada y nadie más se ocupó de ella, lamentablemente ella tuvo que buscar ayuda” para poder subsistir.
Estos hechos, consideró, dejan en claro “que aquellos argumentos que se esgrimían en su momento, diciendo que esto era para la protección de las mujeres, fueron absolutamente falsos”.
“Aquellos argumentos hablando de defensa de derechos, fueron absolutamente falsos, y lo único que intentaron hacer fue destruir la vida de un niño que ahora está por cumplir 7 años, que está feliz, con una familia adoptiva que lo está cuidando y le está dando el futuro que cualquiera de nosotros merecemos, contra eso no pudieron”, aseguró.
“El niño está vivo, la mujer que fue víctima de todo esto está bien, está saludable, por lo tanto en ese aspecto estoy conforme porque triunfó la vida, triunfó la verdad, más allá de las injusticias que uno haya padecido”, sostuvo.
El médico anticipó que seguirá trabajando en el sector privado, y “es difícil que vuelva a los hospitales públicos”. No obstante, reiteró que su compromiso con la vida “es inclaudicable” y si le toca un caso similar al que lo llevó a una condena, “en el mismo caso voy a actuar precisamente de la misma manera”.
“Cuando a mí se me condenó, y antes de que se me condene, se buscaba en mí una suerte de arrepentimiento, u otro mensaje”, recordó. “No. El mensaje es el mismo y cada vez con más convicción: la vida se defiende, eso no se discute”, subrayó, diciendo a los médicos que “es nuestro momento, el momento de hacer valer nuestras convicciones, nuestras convicciones morales, eso no se negocia”.
“La objeción de conciencia es ese derecho fundamental que nos debe salvar, no debemos renunciar a ello y tenemos que defenderlo hoy más que nunca”, cerró.