El Arzobispo de Managua, Cardenal Leopoldo Brenes, ha convocado a un tiempo especial de oración por las vocaciones religiosas en Nicaragua, en medio de un contexto político caracterizado por la represión de la dictadura contra la Iglesia Católica.
A través de un video mensaje publicado el 17 de abril, el Cardenal Brenes informó que el último domingo, el tercer domingo de Pascua, inició un tiempo de oración por las vocaciones o Semana de Pastoral Vocacional, que culminará el próximo domingo del Buen Pastor.
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“Por lo tanto, les solicito que nos tengan muy en cuenta y que sigamos la exhortación que el mismo Cristo nos hacía, rueguen al Señor para que envíe operarios a su mies. Sabemos que la mies es abundante y los operarios son pocos, pero ahí está la clave, orar al Señor y sabemos que Él siempre nos escucha”, expresó el purpurado.
El Arzobispo también hizo hincapié en “la calidad sobre la cantidad” al considerar las vocaciones, subrayando la importancia de que los jóvenes que se sienten llamados al servicio religioso estén verdaderamente comprometidos con su fe y con la defensa de los derechos humanos.
“Es un privilegio ser llamado a la vida consagrada, pero es un privilegio dedicado al servicio”, afirmó el Cardenal Brenes, destacando que esta entrega conlleva una responsabilidad hacia los demás, especialmente en contextos adversos como el que vive Nicaragua.
“Por lo tanto, les invito a que oren al Señor para que Él nos regale muchas y buenas vocaciones al sacerdocio ministerial y a la vida consagrada. De antemano, gracias por sus oraciones”, agregó el Cardenal Brenes.
La persecución a la Iglesia Católica en Nicaragua
Según la cuarta entrega del informe Nicaragua: ¿Una Iglesia perseguida?, se ha documentado 667 ataques y agresiones dirigidos hacia la Iglesia Católica en Nicaragua desde abril de 2018 hasta agosto de 2023 por parte del régimen dirigido por Daniel Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo.
A estos se suman hostilidades en contra de los agentes pastorales: 151 de ellos (83 mujeres y 68 hombres) han sufrido las consecuencias de la persecución al verse obligados a interrumpir abruptamente su labor pastoral. Entre los 68 hombres afectados, se incluyó 1 nuncio, 1 obispo, 58 sacerdotes, 3 diáconos y 5 seminaristas.