Conchita Fuentes, a sus 90 años, tiene 5 hijos, 9 nietos, 3 bisnietos y más de 100.000 seguidores en Instagram, donde a través de su cuenta @abueliconchita2 ha compartido cerca de 300 reflexiones y consejos en los que habla, entre otras cosas, del perdón y la familia.
En el año 2021, a petición de una de sus nietas, comenzó a difundir sus pensamientos, ideas e intuiciones de sabiduría acumulada a lo largo de una larga vida. El secreto para muchos tal vez sea que fue gimnasta en su juventud y aún sigue con una vida activa — "hago cuarenta minutos de ejercicio diario sobre un colchón duro”, explica a ACI Prensa— al tiempo que sigue leyendo, aprendiendo idiomas o acudiendo al teatro.
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Una de sus intenciones es, en este sentido, que “otros viejos como yo descubran que se puede estar activo, contento y feliz”, algo que le quedó marcado tras asistir a un evento de la Fundación Albihar hace dos años y medio.
Y lo consigue, al menos a tenor de los “me gusta” acumulados, pues algunos de sus mensajes en este sentido acumulan más de 16.000 apoyos.
Pero hay algo más profundo que subyace tras la elegancia y el entusiasmo que transmite: su vida de oración. Madrileña de nacimiento, muy joven se fue a vivir a Granada, donde ha hecho su vida y descubrió su vocación dentro del Opus Dei.
Reza por cada uno de sus seguidores
Preguntada por cómo su oración, influye en sus mensajes en Instagram, responde: “Mi oración siempre está enfocada al bien de mi alma y de los demás y quiero que cada uno de los que me ven salgan mejorados. Debo rezar por cada uno de ellos”.
Conchita habla de amor, de las familias unidas, de la necesidad de perdonarnos unos a los otros.
“Animo a la gente a ser mejor”, explica, en ocasiones con consejos muy prácticos como que “hay que ser muy ordenado, tener un horario y al mismo tiempo ser flexible, pero no dejarse llevar por la pereza, sino tener lucha contra uno mismo”.
Su hijo Ángel Galdós destaca que, a pesar de tener más de 100.000 seguidores, “no tiene ningún hater [odiador]” que envíe mensajes desagradables. Como anécdota, recuerda que en una ocasión, un hombre con aspecto duro, con moto y tatuajes, le dijo: “Usted me ha cambiado la vida”.
El mensaje esencial de la abuela influencer
Conchita es consciente de su edad y, tras un reciente diagnóstico no muy halagüeño, confiesa a ACI Prensa que, “aunque es llevadero, veo venir el final”. Lejos de quitarle las ganas de vivir, añade: “Eso significa que, lo que tengo que hacer, lo tengo que hacer pronto”.
En este sentido, destaca un lema que repite con frecuencia en sus publicaciones “Ganas de tener ganas” y que, según desvela su hijo, es el título provisional de la autobiografía que está escribiendo.
Dada la circunstancia de salud, durante la conversación con ACI Prensa, Conchita Fuentes explica cuál es el mensaje fundamental que le gustaría dejar: “Conseguir la paz a través del amor. Olvidar y perdonar, pasar página. No quedarse enfrentado. Para eso, es necesario tener flexibilidad del alma”.