La Justicia Federal en Argentina investiga a clínicas de la provincia de Córdoba ante la sospecha de captar a personas vulnerables para usarlas en maternidad subrogada, práctica también conocida como alquiler de vientres.
La investigación, que incluyó el allanamiento de dos clínicas de la ciudad capital, está bajo el mando del fiscal federal Enrique Senestrari, y se habría originado a partir de una denuncia anónima, hecha por una pareja que se había acercado al lugar buscando alternativas para concebir, indica el portal argentino La Voz.
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Según dicho fiscal, los allanamientos se ordenaron a raíz de la sospecha de captación de mujeres en situación vulnerable para el alquiler de vientres, una práctica que está penalizada por la ley.
La maternidad subrogada con fines comerciales es ilegal en Argentina, pero existe un vacío legal que permite la “gestación solidaria”, es decir, de manera altruista, para ayudar a las personas que no pueden concebir.
Para que el bebé luego sea registrado como hijo de los “padres intencionales” y no de la mujer gestante, se debe acudir a la Justicia para solicitar una autorización.
En el caso de la investigación en curso, se presume la comisión de delitos graves vinculados a la trata de personas.
“Según la sospecha, estarían captando mujeres vulnerables para ofrecerlas como personas gestantes. O sea, ofrecer quedar embarazadas con embriones de quienes demandan ese servicio para procrear una criatura que no sea de ellas sino de quienes la contrataron”, explicó el fiscal en diálogo con Cadena 3.
“En la medida que sean personas vulnerables que no han tenido posibilidad de elegir y que ha habido dinero de por medio cuando eso está prohibido, consideramos que es un delito de trata de personas y hacia eso vamos”, detalló.
Por el momento no hay imputados, y la Justicia está recolectando pruebas. Se trata de dos establecimientos importantes en Córdoba, aunque la Fiscalía ha preservado los nombres de ambos.
La Iglesia Católica y su denuncia a la maternidad subrogada
En enero de este año, el Papa Francisco ha calificado como “deplorable” la práctica de los vientres de alquiler, también conocidos como maternidad subrogada, “que ofende gravemente la dignidad de la mujer y del niño; y se basa en la explotación de la situación de necesidad material de la madre”.
“Un hijo es siempre un don y nunca el objeto de un contrato. Por ello, hago un llamamiento para que la Comunidad internacional se comprometa a prohibir universalmente esta práctica”, expresó.
El documento Dignitas infinita, publicado el 8 de abril por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, con autorización del Papa Francisco, considera a la maternidad subrogada como una de las “violaciones graves” a la dignidad humana.