El ícono de la “Peregrinación de la Misericordia”, bendecido por el Papa Francisco el 6 de noviembre del año pasado, se embarcó en un recorrido mundial hasta el Jubileo Extraordinario de la Redención 2033, que conmemorará el aniversario de la resurrección de Jesús.
Esta imagen, promovida por los pobres y voluntarios de la Pequeña Casa de la Misericordia de Gela, en Sicilia (Italia), se elaboró siguiendo la técnica bizantina y siguiendo el canon iconográfico de las pinturas religiosas en el catolicismo.
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Incluye también reliquias de santos como San Juan Pablo II, Santa Faustina Kowalska, Santa Teresa del Niño Jesús, Santa Teresa de Calcuta y el Beato Carlo Acutis, según informó a Vatican News el P. Pasqualino di Dio, misionero de la Misericordia y fundador de la Fraternidad de la Misericordia y la Pequeña Casa de la Misericordia de Gela.
El presbítero señaló que el segundo domingo de Pascua marca el vínculo entre el misterio Pascual y la celebración de la Divina Misericordia, que culmina la Octava de Pascua.
“Jesús indicó a Santa Faustina cómo celebrar la fiesta pidiendo la bendición solemne y veneración pública de la imagen de la Divina Misericordia”, sostuvo.
En 2013, el Santo Padre solicitó al presbítero la fundación de la Pequeña Casa de la Misericordia, la cual se ocupa de los más desfavorecidos de la ciudad siciliana, ofreciendo apoyo y oportunidades.
Hoy en día, la casa ofrece un comedor, un centro de escucha y acompañamiento, actúa como banco de alimentos y cuenta con numerosos voluntarios que brindan asesoramiento, servicios de mediación familiar, asistencia escolar a los niños. Además, trabaja en colaboración con Cáritas, instituciones locales, parroquias y asociaciones
“Gracias a voluntarios y organizaciones, se llevan a cabo actividades solidarias”, añadió el P. Di Dio.
En una carta al P. Pasqualino, el Papa Francisco describe la Pequeña Casa como “un faro de luz y esperanza en las tinieblas del sufrimiento y de la resignación, es un signo apreciado de la participación de la Iglesia en las dificultades y dificultades de los propio pueblo, es un admirable ejemplo de caridad evangélica y de Iglesia en salida, que tanto bien hace a la comunidad eclesial y civil”.