El presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) y Arzobispo de Valladolid, Mons. Luis Argüello, alienta la reflexión sobre la migración en España con motivo del próximo debate en el Congreso de una iniciativa para la regularización de extranjeros residentes en España antes de noviembre de 2021.
En un mensaje distribuido a través de X, el prelado ha compartido cuatro cuestiones que, a su juicio, se ponen sobre la mesa ante la toma en consideración mañana martes en el Congreso de los Diputados de una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) sobre la cuestión de la migración apoyada por más de 700.000 ciudadanos.
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Reflexiones sobre cuestiones en juego en el debate de las migraciones: la dignidad de miles de personas, un debate sobre las causas, las mafias, la acogida posible y el uso de la biopolitica. Un primer paso de salud ética y democrática es admitir a trámite el debate de la IPL. pic.twitter.com/gHix2NgAhi
— Mons. Luis Argüello (@MonsArguello) April 7, 2024
Impulsada desde 2021 por instituciones de dentro y fuera de la Iglesia Católica, la ILP fue registrada en el Congreso el pasado mes de diciembre. Ahora le corresponde al Poder Legislativo decidir si toma en consideración la propuesta para que se inicie el debate parlamentario sobre la cuestión.
Diversas organizaciones temen que la mayoría de los partidos políticos con representación en el Congreso rechacen abordar la petición popular, como se afirmaba este pasado viernes en un comunicado conjunto de La Conferencia Española de Religiosos (CONFER), Cáritas Española, el Departamento de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española (CEE) y la Red de Entidades para el Desarrollo Solidario (REDES).
Está previsto que la toma en consideración de la ILP sea debatida este martes, justo al inicio de la sesión plenaria que comienza a las 15 horas (horario local de España).
4 cuestiones a debatir sobre las migraciones, según Mons. Argüello
Mons. Argüello entiende, en primer lugar, que aceptar esta ILP supondría un apoyo a la “regeneración de nuestra democracia”, más aún tratándose de una “cuestión ética basada en la dignidad sagrada de toda vida humana”.
El Arzobispo de Valladolid enfatiza que la acogida de este tipo de iniciativas populares es “imprescindible para que el Estado no se reduzca a una ‘banda de ladrones’”.
En segundo lugar, Mons. Argüello considera que “regularizar” la situación de cerca de medio millón de personas que “ya viven-malviven entre nosotros-, trabajan y participan en nuestra sociedad” se trata de “nacer normal en el Estado lo que ya es normal, aunque con las limitaciones de la ilegalidad en nuestra sociedad”.
Abordar la cuestión migratoria en su conjunto
El presidente de la CEE dedica una mayor atención a señalar, en tercer lugar, algunas cuestiones necesarias para “abordar la cuestión migratoria como signo del mundo global en su conjunto”.
Así, señala el necesario análisis de las causas políticas y económicas de las migraciones, así como el papel de las mafias que trafican con migrantes. En este sentido, subraya que “deben ser denunciadas y combatidas y, desde ahí, cuestionar la involuntaria colaboración con sus objetivos criminales de muchas de las organizaciones ‘compasivas’, también las de la Iglesia”.
Por otro lado, Mons. Argüello recuerda que la acogida del migrante debe hacerse “desde la necesaria regulación de los flujos” ya que “una sociedad no puede acoger, acompañar, promover e integrar a todos los que llegan”. Sin embargo, añade, cada sociedad “sí debe promover una respuesta internacional para todos”.
En este tercer bloque, Mons. Argüello, señala, a tenor de la crisis demográfica en el Viejo continente, cómo, en un acto de “desprecio a la dignidad humana”, Europa “rechaza a inmigrantes y aprueba el aborto”, de tal modo que “nuestro invierno demográfico es cultivado y los migrantes son reclamados y rechazados”.
El prelado anima además a “cuestionar las corrientes culturales y políticas que domina en el globalismo actual que utiliza los flujos migratorios y las políticas de salud reproductiva al servicio de un capitalismo moralista y uniformador que juega con los reemplazos poblacionales como forma salvaje de biopolítica”.
Como cuarto y último punto de análisis, Mons. Argüello considera que “es hora de superar una polarización provocada por intereses politiqueros y abordar conjuntamente cuestiones nucleares para el bien común”.
Esta tarea, expone, debe realizarse “desde la escucha de todos, el diálogo y el pacto que asegure el respeto a la dignidad humana y el acercamiento al bien común nacional y global”.
Qué dice el Catecismo de la Iglesia Católica sobre las migraciones
El Catecismo de la Iglesia Católica especifica en su número 2241 las pautas a tener en cuenta sobre el asunto de las migraciones.
La primera indicación es que “las naciones más prósperas tienen el deber de acoger, en cuanto sea posible, al extranjero que busca la seguridad y los medios de vida que no puede encontrar en su país de origen”. En este sentido, especifica el Catecismo, “las autoridades deben velar para que se respete el derecho natural que coloca al huésped bajo la protección de quienes lo reciben”.
La obligación de acoger ha de ser conjugado por las autoridades civiles, quienes, “atendiendo al bien común de aquellos que tienen a su cargo, pueden subordinar el ejercicio del derecho de inmigración a diversas condiciones jurídicas, especialmente en lo que concierne a los deberes de los emigrantes respecto al país de adopción”.
La Iglesia Católica enseña además que “el inmigrante está obligado a respetar con gratitud el patrimonio material y espiritual del país que lo acoge, a obedecer sus leyes y contribuir a sus cargas”.