La Archidiócesis de Valencia (España) celebra esta semana su tradicional concurso de “milagros”, en el que grupos infantiles representan acciones sobrenaturales protagonizadas por San Vicente Vicente Ferrer, patrón de la Comunidad Valenciana.
En el concurso participan dos centenares de niños a través de 14 agrupaciones denominadas popularmente “altares”, pues en sus inicios las representaciones se hacían sobre unas estructuras colocadas en la calle a las que se les dio este nombre.
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Este jueves, el Arzobispo de Valencia, Mons. Enrique Benavent, recibirá a los niños al mediodía en el Palacio Arzobispal donde rezarán juntos el Regina Coeli. En la tarde del viernes, los organizadores darán a conocer los nombres de los galardonados. Quienes obtengan el primer precio repetirán la actuación el sábado 6 de abril por la mañana en la Plaza de la Virgen.
Además, las representaciones se realizarán en las calles de Valencia durante el domingo 7 y el lunes 8, día en que se celebra la fiesta litúrgica de San Vicente Ferrer, en especial con una Misa pontifical en la Catedral, presidida por el arzobispo, seguida de una “procesión cívica” hasta la casa natal del santo y una ofrenda floral, según informa la Archidiócesis.
En la tarde del lunes tendrá lugar la “solemne procesión general” que irá desde la casa natal del Santo, pasando por la iglesia de Santo Domingo, hasta llegar a la parroquia de San Esteban, donde se encuentra su pila bautismal.
¿Qué son los milagros de San Vicente?
La tradición de representar los milagros de San Vicente se remonta al siglo XV, según detalla el sitio web de la asociación cultural Lo Rat Penat [El murciélago]. Corría el año 1461, seis años después de la canonización del Santo dominico, cuando un vecino de la Calle de la Mar en Valencia pidió permiso para construir un altar con un retablo a las puertas de la casa natal del dominico. Quería así agradecer el milagro que, por intercesión de San Vicente Ferrer, habría sanado a su padre de unas llagas.
Los abuelos del pequeño enfermo “suplicaron a Guillem Ferrer, notario y padre del futuro santo que ya tenía fama de taumaturgo, que intercediera por el pequeño Antonio pidiéndole a su hijo que intentara ayudarle, recomendándole ante Dios. El niño santo besó las heridas del amiguito enfermo y éste, al poco, se curó”, detallan.
La tradición se reanudó en los años 40 del siglo XX y se celebra cada año. En la actualidad hay 13 “altares” en la ciudad de Valencia y 7 más en poblaciones de la provincia, en los que intervienen como actores aficionados menores de hasta 14 años.
¿Quién fue San Vicente Ferrer?
Nacido en Valencia el 23 de enero de 1350, tomó el hábito dominico a los 16 años y pronto comenzó su labor como profesor universitario. Enviado como predicador a Barcelona, predijo la llegada de barcos con alimentos durante una hambruna, lo que provocó que lo tuvieran que trasladar de ciudad para evitar desórdenes.
Vivió con preocupación el Cisma de Occidente, en un momento en el que la cristiandad contaba con tres papas simultáneos. Tras enfermar, tuvo una visión en la que se le aparecieron Jesucristo, Santo Francisco y Santo Domingo de Guzmán y recibió la orden de predicar por los pueblos.
Su influencia fue determinante para el futuro de España y de la extensión del cristianismo, pues participó en el Compromiso de Caspe, en el que fue elegido Rey de Aragón Fernando de Antequera, futuro esposo de Isabel de Castilla. Ambos llevaron a término la empresa de la Reconquista iniciada siete siglos antes y lanzaron la labor evangelizadora del continente americano.
Además de ser conocido por su pericia como predicador, se le reconoce ser el fundador del primer orfanato del mundo registrado en 1410, que aún hoy sigue funcionando como Colegio Imperial de Niños Huérfanos San Vicente Ferrer.
La muerte le sorprendió predicando en Francia, el 5 de abril de 1419. Sus restos reposan en la Catedral de Vannes. Su proceso de canonización, impulsado por el Papa Eugenio IV y concluido por Calixto III recoge cerca de 900 hechos milagrosos realizados por el fraile dominico en vida y tras su muerte.