La comunidad parroquial de Inmaculada Concepción, en Rosario (Argentina), fue testigo de un hecho atípico y conmovedor en plena celebración del Jueves Santo, cuando una mujer abandonó a su bebé en la puerta de la iglesia.
En diálogo con el portal La Capital, el párroco del lugar, P. Víctor Pratti, quien luego bautizó a la criatura, aseguró: "Nos conmovió la situación tanto por el bebé como por su mamá".
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El sacerdote relató que, mientras presidía la celebración del Jueves Santo, una joven que había estado deambulando dentro del templo dejó en el atrio a un bebé con apenas dos días de vida, en perfecto estado, bien vestido, envuelto en una manta y con su documentación.
"Fue conmovedor, y me acuerdo y me conmuevo otra vez tanto por el bebé como por la mamá, no puedo dejar de pensar qué la llevó a tomar esa decisión, qué situación de violencia o pobreza la llevó hasta ahí", añadió.
En un primer momento, el bebé recibió atención en la parroquia por parte de efectivos de la Policía de Santa Fe y personal médico, y luego fue trasladado al Hospital Provincial del Centenario, donde se presume que había nacido.
Minutos antes de encontrar al bebé en el atrio, varios fieles habían visto a “una joven que daba vueltas con un bebé en brazos y llorando", relató el sacerdote. Sin embargo, nadie le preguntó nada porque en Semana Santa suele haber mucha gente conmocionada que visita el templo.
Fue una de las fieles quien encontró al bebé. "Al principio, las mujeres no sabían qué era, se acercaron y se encontraron con que era un bebé, fue muy fuerte, entonces llamaron a la policía mientras yo seguía dando la misa", detalló el sacerdote.
Personal médico y policial llegó hasta el lugar, y ya avanzada la ceremonia, el P. Pratti pudo averiguar que ya se habían hecho cargo de la situación, por lo que “no tenía sentido suspender porque estaba todo controlado".
El bebé fue asistido rápidamente, e incluso una oficial de la policía lo amamantó. "Todos estuvieron muy bien, la asistencia que recibió y fue maravilloso ver cómo esa policía lo amamantó, fue muy emocionante", añadió el sacerdote.
"Yo lo bauticé. Me pareció que era lo más lindo que podía darle”, expresó. “Y dejé el papelito del bautismo entre sus cosas, para que si hay una familia o lo que sea que pase, aunque ojalá vuelva su mamá, sepa que ya está bautizado", añadió.
"Me apena la mamá, lo que debe estar pasando por su corazón. Pobre piba (chica) para hacer eso, lo que tiene que haber pasado, la situación por la que estaría pasando", reflexionó el párroco, y lamentó que nadie se haya acercado “para poder seguir ayudándola".
El pequeño continúa siendo atendido en el Servicio de Neonatología del Hospital, y la Secretaría de Niñez interviene en las cuestiones administrativas.