En la homilía de la Vigilia Pascual que presidió este 30 de marzo, Sábado Santo, el Papa Francisco afirmó que con su resurrección, “el Dios de lo imposible” ha hecho que “la esperanza no tenga fin”.
La Basílica de San Pedro lució abarrotada de fieles y especialmente adornada para esta Misa, la más importante del año litúrgico, gracias a la colaboración de profesores del centro de biotecnología de Naklo (Eslovenia) y la ayuda de los jardineros del Vaticano.
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La Eucaristía se inició con la bendición del fuego pascual y con el Papa Francisco colocando los clavos de incienso en el cirio pascual, recordando que Dios es “el principio y el fin, el alfa y omega”.
Tras la procesión del cirio pascual en la que se dice tres veces “Luz de Cristo”, uno de los diáconos presentes entonó el pregón pascual en latín, que canta la victoria del Señor sobre la muerte.
Después se leyeron las lecturas del día en francés, italiano, español, portugués e inglés; y se entonaron los salmos correspondientes, tras lo cual se entonó el canto del gloria de manera solemne, acompañado del tañido de las campanas.
Papa Francisco bautiza a 8 personas en la Vigilia Pascual 2024
El Vaticano informó asimismo que en esta Vigilia Pascual el Papa Francisco bautizó a 8 personas: 4 de Italia, 2 de Corea, 1 de Japón y 1 de Albania.
Luego de recibir el sacramento, los nuevos cristianos recibieron las vestiduras blancas que simbolizan que “se han convertido en nuevas criaturas y han sido revestidas de Cristo”.
Después los ocho recibieron el sacramento de la Confirmación, explicó el Papa Francisco, con el que se les da “la fuerza del Espíritu Santo” para que contribuyan como miembros activos de la Iglesia “en la edificación del cuerpo de Cristo en la fe y en la caridad”.
La Vigilia Pascual es el momento por excelencia en el que niños y adultos reciben el sacramento del Bautismo. Es parte importante de esta celebración que es la más importante del año litúrgico. En esta ocasión, y por ser todos adultos, pudieron recibir también la Confirmación.
La homilía del Papa Francisco en la Vigilia Pascual 2024
En su homilía y tras la lectura del Evangelio de Marcos 16,1-7, el Santo Padre meditó en lo que significa la piedra que cubre el sepulcro de Jesús, que simbolizan la pérdida de la esperanza, las dificultades de la vida o los “escollos de la muerte”.
“A veces sentimos que una lápida ha sido colocada pesadamente en la entrada de nuestro corazón, sofocando la vida, apagando la confianza, encerrándonos en el sepulcro de los miedos y de las amarguras”, explicó el Papa Francisco.
“Son ‘escollos de muerte’ y los encontramos, a lo largo del camino, en todas las experiencias y situaciones que nos roban el entusiasmo y la fuerza para seguir adelante; en los sufrimientos que nos asaltan y en la muerte de nuestros seres queridos, que dejan en nosotros vacíos imposibles de colmar”, continuó.
Estos escollos también pueden estar “en los fracasos y en los miedos que nos impiden realizar el bien que deseamos; en todas las cerrazones que frenan nuestros impulsos de generosidad y no nos permiten abrirnos al amor; en los muros del egoísmo y de la indiferencia, que repelen el compromiso por construir ciudades y sociedades más justas y dignas para el hombre; en todos los anhelos de paz quebrantados por la crueldad del odio y la ferocidad de la guerra”.
El Papa Francisco refirió luego que “cuando experimentamos estas desilusiones, tenemos la sensación de que muchos sueños están destinados a hacerse añicos y también nosotros nos preguntamos angustiados: ¿quién nos correrá la piedra del sepulcro? Y, sin embargo, aquellas mismas mujeres que tenían la oscuridad en el corazón nos testifican algo extraordinario: al mirar, vieron que la piedra había sido corrida”.
“Es la Pascua de Cristo, la fuerza de Dios, la victoria de la vida sobre la muerte, el triunfo de la luz sobre las tinieblas, el renacimiento de la esperanza entre los escombros del fracaso”, precisó.
El Santo Padre resaltó entonces que el Señor, “Dios de lo imposible que, para siempre, hizo correr la piedra y comenzó a abrir nuestros sepulcros, para que la esperanza no tenga fin. Hacia Él, entonces, también nosotros debemos mirar. Miremos a Jesús”.
Mirar a Jesús en esta Semana Santa 2024
El Papa Francisco recordó que Jesús, “después de haber asumido nuestra humanidad, bajó a los abismos de la muerte y los atravesó con la potencia de su vida divina, abriendo una brecha infinita de luz para cada uno de nosotros”.
“Resucitado por el Padre en su carne, que también es la nuestra con la fuerza del Espíritu Santo, abrió una página nueva para la humanidad. Desde aquel momento, si nos dejamos llevar de la mano por Jesús, ninguna experiencia de fracaso o de dolor, por más que nos hiera, puede tener la última palabra sobre el sentido y el destino de nuestra vida”.
“Desde aquel momento, si nos dejamos aferrar por el Resucitado, ninguna derrota, ningún sufrimiento, ninguna muerte podrá detener nuestro camino hacia la plenitud de la vida”.
Papa Francisco: Jesús es nuestra Pascua
El Pontífice resaltó que “Jesús es nuestra Pascua, Aquel que nos hace pasar de la oscuridad a la luz, que se ha unido a nosotros para siempre y nos salva de los abismos del pecado y de la muerte, atrayéndonos hacia el ímpetu luminoso del perdón y de la vida eterna”.
“Mirémoslo a Él, acojamos a Jesús, Dios de la vida, en nuestras vidas, renovémosle hoy nuestro ‘sí’ y ningún escollo podrá sofocar nuestro corazón, ninguna tumba podrá encerrar la alegría de vivir, ningún fracaso podrá llevarnos a la desesperación”, exhortó.
“Mirémoslo a Él y pidámosle que la potencia de su resurrección corra las rocas que oprimen nuestra alma. Mirémoslo a Él, el Resucitado, y caminemos con la certeza de que en el trasfondo oscuro de nuestras expectativas y de nuestra muerte está ya presente la vida eterna que Él vino a traer”.
Para concluir, el Papa Francisco alentó a cada uno de los fieles a dejar “que tu corazón estalle de júbilo en esta noche santa. Cantemos la resurrección de Jesús juntos” porque “es la Pascua del Señor, es la fiesta de los vivientes”.