A un año de la tragedia en la que 40 migrantes murieron calcinados en un centro de detención del Instituto Nacional de Migración (INM), en la ciudad fronteriza de Ciudad Juárez (México), la Iglesia Católica hizo un llamado a que el país no se convierta en un “cementerio de personas migrantes y refugiadas”.
El lunes 27 de marzo de 2023 a las 10:00 p.m. (hora local) se produjo un incendio en el área de alojamiento de la Estancia Provincial de Ciudad Juárez, en el estado de Chihuahua. De acuerdo a reportes de las autoridades, el siniestro dejó 40 personas fallecidas y una veintena de heridos.
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A un año del desastre, la Pastoral de Movilidad Humana de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), liderada por Mons. Guadalupe Torres Campos, Obispo de Ciudad Juárez, compartió un comunicado lamentando que continúe una política migratoria “basada en la contención, detención, deportación y militarización”.
El comunicado advierte que la Iglesia “ve con preocupación” que no haya “cambios significativos en la gestión migratoria”, y denunció que persiste “una estrategia deficiente en donde se criminaliza la migración irregular”.
“Estos 40 migrantes calcinados y los varios heridos en dicha tragedia, representan a tantos otros que siguen siendo víctimas de las políticas migratorias injustas, de tantos migrantes desaparecidos, asesinados, encarcelados, condenados a la discriminación, al racismo y a la xenofobia por el único hecho de ser indocumentados”, señala.
El mensaje advierte además que la Pastoral de Movilidad Humana de la CEM “con dolor” observa que “no existe voluntad política” para poner en marcha medidas que apunten a cambiar las “dinámicas de la atención a las personas migrantes y refugiadas” propuestas por diversas instituciones, entre ellas casas de migrantes atendidas por la Iglesia Católica.
“No podemos permitir que México se vuelva cementerio de personas migrantes y refugiadas. No queremos más masacres, accidentes o tragedias” agrega el comunicado.
Finalmente, la Pastoral de Movilidad Humana de la CEM encomienda “a la Virgen María el camino de las personas migrantes y refugiadas, para que encuentren siempre un lugar solidario, justo y lleno de esperanza”.