Una antigua tradición indica que San José de Arimatea conservó en paños un poco de la sangre derramada por Cristo cuando murió. Al parecer una de estas reliquias se encontraría en la ciudad de Brujas, Bélgica, donde hay una importante Basílica y una Procesión de la Santa Sangre condecorada por la UNESCO.
San José de Arimatea
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
El Evangelio de San Juan indica que San José de Arimatea pidió permiso a Pilato para bajar el Cuerpo del Señor de la cruz. Es así que San José junto a San Nicodemo tomaron el Cuerpo del Señor, “lo envolvieron con vendas”, y lo pusieron en una tumba.
El sitio web del Opus Dei señala que por los siglos XI y XIII se enfatizó una leyenda en la que San José de Arimatea habría limpiado el Cuerpo del Señor, cuando lo bajó de la cruz, recogiendo el agua y la sangre en un recipiente. “Después, José y Nicodemo dividieron su contenido”, precisa.
El sitio web de la Basílica de la Sagrada Sangre, en Brujas, añade que San José lavó el cuerpo del maestro con paños y que los conservó en Jerusalén con otras reliquias de la pasión.
La reliquia de la “Sangre de Jesucristo” en Brujas es justamente como un paño. La Basílica no sabe cómo llegó de Tierra Santa a Constantinopla (hoy Estambul, en Turquía). Pero presenta una teoría en la que la propia Santa Elena habría llevado “muchas reliquias de la pasión (incluidas las reliquias de la Santa Cruz) de Jerusalén a Constantinopla”.
Pruebas de autenticidad
Según la Basílica, la mayoría de historiadores consideran que su reliquia de la Sagrada Sangre sí está relacionada “con la caída y el saqueo de Constantinopla en 1204”. En aquella época, los cruzados se apropiaron de muchas cosas importantes de esta ciudad musulmana y se las llevaron a Europa Occidental.
“Además, las investigaciones también muestran que el tubo de la Reliquia de la Santa Sangre se fabricó alrededor del año 1200 con cristal de roca... de Constantinopla”, añade.
De esta manera, la reliquia habría llegado hasta Brujas. La Basílica describe que hay fuentes fiables sobre la reliquia en esta ciudad desde el siglo XIII.
“Varias de estas fuentes muestran lo orgullosos que estaban los residentes de Brujas y el ayuntamiento de Brujas de su reliquia y la importancia que la atribuían”, enfatiza
Por otro lado, como una forma de comprobar el reconocimiento eclesial de la reliquia, el sitio web del templo indica que Brujas tiene una bula del Papa Clemente V de 1310, en la que anima a peregrinar a esta ciudad “para adorar la reliquia con la Sangre de Jesucristo”.
Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad
Es preciso mencionar que todo el pueblo muestra su devoción con una Procesión de la Santa Sangre y que actualmente se realiza en el día de la Ascensión del Señor.
Para esta festividad, la gente se viste como si estuvieran en la edad media (siglo XV), portando trajes de la época de las princesas y caballeros. En 2009, la UNESCO reconoció esta procesión como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
¿Cómo es la Reliquia de la sangre de Jesucristo?
La reliquia es una tela que está impregnada con la Sangre de Cristo. Está contenida en un tubo de vidrio con coronas de oro en los extremos. Además, tiene una cadena acoplada a ambos lados.
El día de la procesión la reliquia es mostrada públicamente y depositada en un relicario más grande, que es llevado en hombros por las calles de la ciudad. La reliquia de la Santa Sangre puede ser venerada todos los días en diversos horarios.