Este martes 26 de marzo, el Vaticano ha difundido un videomensaje del Papa Francisco dirigido a los habitantes de la ciudad argentina de Rosario, marcada en los últimos días por asesinatos y crímenes como resultado del narcotráfico.
Debido a la situación que se vive en la ciudad, el Santo Padre afirma al inicio de su mensaje que es necesario “la presencia de las fuerzas de seguridad para llevar tranquilidad a la comunidad”.
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En este sentido, asegura que “todo Pueblo tiene en sí mismo las herramientas para superar aquello que atenta contra su propia integridad, contra la vida de sus hijos más débiles”.
El Papa Francisco insta a todos los sectores de la sociedad a colaborar, al tiempo que afirma que “es necesario rehabilitar la política”.
Además, denuncia que “el silencio del Estado en esta materia sólo naturaliza y facilita la promoción del consumo y comercialización de las mismas”.
Por ello, asegura que “es necesario que el sistema democrático vele por la institucionalidad de la justicia, de tal manera que pueda ser independiente, para investigar los entramados de la corrupción y del lavado de dinero que facilitan el avance del narcotráfico”.
El Papa Francisco explica también que “hay una gran tarea por delante en el sector empresarial, no sólo en impedir la complicidad en los negocios con las organizaciones mafiosas, sino también en un compromiso social”.
“Todas las instituciones sociales, civiles y religiosas debemos de estar unidas para hacer lo que mejor sabemos hacer: crear comunidad”, reitera el Pontífice.
El Papa Francisco asegura que “el temor siempre aísla, el temor paraliza”, e invita a “comprometerse junto a otros para ser respuesta pacífica e inspiradora”.
“La Iglesia, como Madre y samaritana, siempre es llamada a acompañar espiritual y orgánicamente a los familiares de las víctimas que han perdido su vida a causa de la violencia, acompañar a los enfermos, acompañar a quienes viven el flagelo de las adicciones y a sus familiares, acompañar a quienes están presos y luego necesitan un camino de reinserción, acompañar a quienes viven en situaciones de vulnerabilidad extrema”.
Por último, el Santo Padre expresa su cercanía a los habitantes de esta ciudad argentina y subraya que “la Virgen del Rosario intercede día y noche por todos sus hijos, sobre todo, como suelen hacerlo las mamás, con diligencia especial por quienes tienen mayores fragilidades”.