La Catedral de Plasencia (España) fue objeto de un importante robo en la madrugada del Domingo de Ramos, en el que fueron sustraídas las coronas de la Virgen del Puerto y del Niño Jesús, dos cruces pectorales y varios anillos episcopales.
Así lo comunicó el Cabildo Catedralicio ayer domingo, en un comunicado publicado en el sitio web de la Diócesis de Plasencia, indicando que se ha procedido a presentar la correspondiente denuncia ante la Policía Nacional.
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“Confiamos en el trabajo de la Policía y, al mismo tiempo, invitamos a los fieles a orar por la pronta recuperación de los objetos robados, algunos de los cuales, además de su valor material, tienen una gran significación religiosa y sentimental para los placentinos”.
La Virgen del Puerto fue declarada patrona de la ciudad por Pío X y coronada canónicamente el 27 de abril de 1952, momento en el que fue nombrada alcaldesa honoraria de Plasencia.
El Obispo de Plasencia, Mons. Ernesto Brotons, ha publicado un mensaje titulado Duele en el alma, en el que subraya que más allá del valor material han robado “un pedacito, no pequeño, del corazón de lo placentinos”.
Sobre las coronas sustraídas, el prelado señala que fueron “forjadas gracias al cariño y la devoción de nuestros mayores, ricos y pobres”, que han sido “testigos de muchas lágrimas, oraciones, súplicas… recuerdo y memoria tierna y agradecida de nuestros antepasados, de nuestros mayores”.
Mons. Brotons hace un llamamiento a los ladrones para que devuelvan lo robado: “Aun siendo consciente de que suena ingenuo, y quizá lo sea, ruego a quien nos ha arrebatado este tesoro que recapacite y lo retorne”.
“Me uno a la invitación del Cabildo a orar por la pronta recuperación de los bienes robados, también con una plena confianza en la acción policial. Estamos a plena disposición de la investigación en curso”, añade.
El prelado se dirige por último a la Virgen María, para que “acepte nuestro dolor y nuestra oración en desagravio por este hecho”.
“Haciendo suyo nuestro disgusto y dolor, y, sin que ello suponga negar un ápice de la importancia de lo sucedido, Ella nos dice hoy con amor de Madre: ‘Vosotros sois mi corona’. Lo habéis sido desde siempre y lo sois”.
Antes de concluir, Mons. Brotons enfatiza a sus diocesanos: “No lo olvidemos nunca, la más preciada corona para Nuestra Señora del Puerto somos nosotros, sus hijos, y el mayor regalo que podemos seguir ofreciéndole no es otro que nuestro cariño, nuestra fe, nuestra vida entregada por los demás, una vida en fraternidad”.