El Papa Francisco ha alertado sobre el peligro de “no ser universal” y quedar encerrado en un “aislamiento tribal” en un mensaje dirigido a la comunidad nigeriana en Roma a la que ha recibido en audiencia privada este Lunes Santo.
“Tus raíces se cierran, se aíslan en esta actitud tribal y no universal, no comunitaria. Comunidad sí, tribu no. Esto es muy importante. Y se aplica a todos, a todos, cada uno según su posición. La universalidad no es encerrarse en la propia cultura. Cierto, la propia cultura es un don, pero no encerrarse en ella: darla, ofrecerla”, ha expresado el Pontífice en un breve discurso.
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El Papa Francisco ha hecho estas reflexiones en un mensaje centrado en tres elementos “vitales para la vida de su comunidad” que son: “La gratitud, la riqueza en la diversidad y el diálogo”.
Respecto de la gratitud, el Pontífice llamó a ser “siempre discípulos misioneros, agradecidos porque el Señor os ha elegido para seguirle y os ha enviado a proclamar con celo nuestra fe y a contribuir a la construcción de un mundo más justo y humano”.
Respecto de la riqueza en la diversidad, subrayó cómo en Nigeria “la diversidad de etnias, tradiciones culturales y lenguas de vuestra nación no es un problema, sino un don que enriquece el tejido de la Iglesia, así como el de la sociedad en su conjunto, y os permite promover los valores de la comprensión mutua y la convivencia”.
En este ámbito, realizó su advertencia sobre el peligro de cerrarse a la universalidad.
El estilo de Dios según el Papa Francisco
En tercer lugar, el Papa Francisco llamó “a fomentar el diálogo y a escucharse mutuamente con el corazón abierto, sin excluir a nadie política, social o religiosamente”.
A continuación, animó a actuar como “heraldos de la gran misericordia del Señor, trabajando por la reconciliación entre todos vuestros hermanos, ayudando a aliviar la carga de los pobres y más necesitados, y haciendo vuestro el estilo de Dios”.
Un estilo que se caracteriza por “la cercanía, la compasión y la ternura” y que propiciará que “todos los nigerianos podrán seguir caminando juntos en fraterna solidaridad y armonía”.
Para el Pontífice, la presencia de la comunidad nigeriana “en el corazón de la Iglesia”, Roma, “es una gracia providencial que os brinda la oportunidad de profundizar en la conciencia de vuestra llamada bautismal a vivir siempre como fieles discípulos del Señor, a dedicaros al servicio de Dios y de su pueblo santo con la caridad que Jesús nos pide, y a celebrar la riqueza de vuestro patrimonio único como nigerianos”.