El Viernes de Dolores, la Cruz del Calvario de Bechí (Castellón, España) recuperó su lugar, justo a tiempo para lucir durante la Semana Santa, según ha conocido ACI Prensa en primicia. Cinco años atrás, el Ayuntamiento había decidido su traslado al interior de un cementerio alegando que se trataba de un vestigio “franquista” y en aplicación de la Ley de Memoria Histórica aprobada en 2007.
La norma establece, en su artículo 15, “la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura”.
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Sin embargo, esta norma “no será de aplicación cuando las menciones sean de estricto recuerdo privado, sin exaltación de los enfrentados, o cuando concurran razones artísticas, arquitectónicas o artístico-religiosas protegidas por la ley”.
La Cruz del Calvario fue colocada en la calle del mismo nombre de Bechí en el año 1963 en memoria de los combatientes caídos durante la Guerra Civil española (1936-1939), pero en 2019, el entonces alcalde Alfred Remolar, del partido Compromís, comunista y nacionalista valenciano, decidió retirar la cruz.
La Fundación de Abogados Cristianos emprendió entonces una batalla legal que obtuvo sus primeros frutos en noviembre de 2023, cuando el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana ordenó la reposición de la cruz en su emplazamiento original.
El Ayuntamiento alegó entonces que era “materialmente imposible” realizar ese traslado y recurrió ante el Tribunal Supremo, que ratificó la decisión de volver a colocar en su lugar el monumento.
Alfred Remolar sigue como concejal y responsable de Obras Públicas en el Ayuntamiento de Betxí, por lo cual ha sido el encargado de hacer efectiva la sentencia contra su decisión de 2019 y ordenar a los trabajadores municipales a reintegrar la Cruz del Calvario a su lugar, lo que sucedió el pasado Viernes de Dolores.
Los operarios tuvieron que desmontar pieza a pieza la cruz de la pared del lugar en el que son enterrados los párrocos en el cementerio municipal. Luego los trasladaron con una grúa y los situaron a las puertas del recinto que guarda la Ermita del Calvario, cuya construcción data de la segunda mitad del siglo XVIII.