Al recibir al personal y a pacientes del Hospital Pediátrico Bambino Gesù (Niño Jesús) en Roma, conocido como el “Hospital del Papa”, el Papa Francisco los alentó a proseguir con la excelencia que caracteriza al centro médico que es un referente en el mundo, también de la investigación médica, y resaltó que su trabajo “es una misión”.
En la audiencia realizada en el Aula Pablo VI en el Vaticano, el discurso del Santo Padre fue leído por Mons. Filippo Ciampanelli, en ocasión de los 100 años del “Hospital del Papa”.
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El 20 de febrero de 2024 se cumplieron 100 años del “Hospital del Papa”, luego que en 1924 la familia Salviati donase a la Santa Sede el centro de salud que levantó en 1869 con el apoyo de Pío IX.
El origen del hospital se remonta a mediados del siglo XIX, cuando la duquesa Arabella Salviati quiso que los niños de Roma recibieran una mejor atención médica, para que recibieran una atención diferenciada.
En su discurso, el Papa Francisco resaltó tres aspectos sobre el servicio del centro de salud: el don, la cura y la comunidad.
Al hablar del don, el Santo Padre resaltó que “el Bambino Gesù es un centro de investigación y de cura pediátrica entre los más grandes de Europa, punto de referencias para las familias que llegan desde todo el mundo”.
“En su historia y en su vocación es fundamental el elemento del don, con los valores de gratuidad, generosidad, disponibilidad y humildad. Es bello recordar, a propósito, el gesto de los hijos de la duquesa Arabella Salviati que, al inicio de su historia, regalaron a su mamá su alcancía para realizar un hospital para los niños”, relató el Pontífice.
Sobre la cura, el Papa destacó que “la ciencia, y en consecuencia la capacidad de cura, se puede decir es la primera tarea que caracteriza hoy al hospital Bambino Gesù
“La excelencia de la investigación biomédica es también importante. Los aliento a cultivarla con el objetivo de ofrecer lo mejor de ustedes y con una atención especial para los más frágiles, como los pacientes de enfermedades graves, raras o muy raras”, continuó.
Tras resaltar la importancia del trabajo que se realiza en el “Hospital del Papa” formando a médicos de distintas partes del mundo, el Pontífice refirió que “no hay cura sin relación, proximidad y ternura, a todos los niveles”.
En cuanto a la comunidad, el Papa Francisco indicó que “una de las más bellas expresiones que describen la misión del Bambino Gesù es ‘vidas que ayudan a la vida’. Es bella porque habla de una misión realizada juntos, con un actuar común en el que encuentra su lugar el don de cada uno”.
“Esta es su verdadera fuerza y el presupuesto para afrontar también los desafíos más difíciles. El suyo de hecho no es un trabajo como muchos otros: es una misión”.
En la parte final de su discurso, el Papa Francisco confesó: “cuando vengo al Bambino Gesù tengo dos sentimientos opuestos: el dolor por el sufrimiento de los niños enfermos y sus padres, pero al mismo tiempo una gran esperanza, viendo todo lo que se hace para curarlos. ¡Gracias! Gracias por todo esto. Sigan adelante en esta obra bendita”.