La fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN, por sus siglas en inglés) ha publicado un informe destacando que la comunidad cristiana en Gaza, Palestina, “está pasando por el peor periodo” desde el inicio de la guerra el 7 de octubre de 2023.
De acuerdo al reporte publicado el 8 de marzo, Gaza enfrenta tiempos difíciles, con bombardeos, comunicaciones interrumpidas y escasez de alimentos. Sor Nabila Saleh, religiosa de la congregación del Santo Rosario, describió la situación como angustiosa, pero agradece la gracia de Dios incluso en la adversidad.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
“Lo poco que tenemos es debido a la Gracia de Dios. La gente de fuera sufre todavía más que nosotros, porque no tiene ese consuelo en estos momentos”, indicó la religiosa.
La parroquia de la Sagrada Familia en el barrio de Al Zeyton, en el norte de la Franja de Gaza, es uno de los lugares afectados por los intensos enfrentamientos y bombardeos. Este templo acoge en estos momentos a 128 familias —un total de 512 cristianos entre católicos y ortodoxos—, incluyendo 120 niños menores de 18 años, entre ellos 60 con discapacidades, y 84 personas de la tercera edad.
Un socio de proyectos de ACN que opera en la zona, cuyo nombre no puede ser revelado por motivos de seguridad, informó que “la intensidad de las operaciones militares aumenta” cada vez que se menciona una tregua, y que la escasez de alimentos está en un punto crítico.
“Simplemente la comida escasea y es difícil encontrar donde comprarla. La comunidad cristiana aprovecha todas las oportunidades posibles para asegurar un poco de agua potable y alimentos”, explicó.
El suministro de alimentos se limita a dos comidas a la semana y una hogaza de pan cada dos días por persona, proporcionados por el Patriarcado Latino de Jerusalén con ayuda de organizaciones como ACN. Sin embargo, la comunidad a menudo debe compartir pequeñas porciones entre sí para sobrevivir.
El acceso al agua potable es un desafío, y muchas personas han perdido peso debido a la escasez de alimentos. Los problemas de salud son graves, con niños enfermos y ancianos necesitando atención médica urgente, lo cual es difícil de obtener en medio del conflicto.
“La gente camina durante largas horas para conseguir una pequeña caja de comida, que al final no es suficiente ni para tres personas. Debido a esta dieta forzada, compartir se está convirtiendo en parte de la vida cotidiana y en una nueva identidad cristiana”, cuenta a ACN el socio de proyectos.
La situación de salud también es alarmante. Debido a la escasez, muchas personas han experimentado pérdida de peso. Además, los niños están sufriendo un brote de virus que provoca náuseas y diarrea, mientras que varios ancianos enfrentan enfermedades graves que requieren hospitalización.
A pesar de las dificultades, la fe sigue siendo una fuerza poderosa para la comunidad. Se realizan actividades religiosas y de apoyo psicológico, incluyendo Misas diarias, catequesis y reuniones de sanación de traumas a través de la oración.
Los sacerdotes y las religiosas, como Sor Nabila, desempeñan un papel crucial en el cuidado de la comunidad, a pesar de estar agotados. La hermana Nabila destaca que, a pesar de todo, la fe de la comunidad se fortalece.
“Están todos agotados, nadie puede experimentar realmente lo que están viviendo. Pero con la gracia de Dios, nuestros hijos están ahora incluso más cerca de su fe que nunca. Es una Pascua muy especial, estamos más cerca que nunca del Salvador crucificado”, declaró.
Aunque la comunicación con la comunidad es difícil, su petición constante es simple: “Recen por nosotros, recen por toda la población para que termine esta guerra”.