La reciente bendición a una pareja de homosexuales al concluir una Misa en una parroquia confiada a la Compañía de Jesús (Jesuitas) en la Ciudad de México ha generado cuestionamientos sobre las llamadas “Misas por la Inclusión”: ¿Qué son, cuál es su propósito y qué sabe la Arquidiócesis Primada de México al respecto?
Fiducia supplicans y la bendición a una pareja gay al final de una Misa en Ciudad de México
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El domingo 28 de enero, al finalizar la Eucaristía de las 7:00 p.m. (hora local), una pareja del mismo sexo subió a un lado del altar de la parroquia de la Sagrada Familia, en la colonia Roma Norte, donde el sacerdote redentorista estadounidense Patrick Keyes le impartió la bendición.
Entrevistado por ACI Prensa, el P. Gonzalo Rosas, sacerdote jesuita y párroco de la Sagrada Familia, admitió que la forma en que se llevó a cabo la bendición fue un “gran error” y contraria a lo que Fiducia supplicans permite.
Aunque la Misa correspondía a la celebración eucarística dominical de la parroquia, a través de redes sociales había sido anunciada como una “Misa por la Inclusión” por el Colectivo Teresa de Cepeda y Ahumada, usando el ícono de una bandera LGTB (lesbianas, gays, transexuales y bisexuales) y asegurando que “todxs son bienvenidxs”.
El Colectivo Teresa de Cepeda y Ahumada, que asegura cumplir 10 años en 2024, toma su nombre del de Santa Teresa de Jesús —Teresa Sánchez de Cepeda Dávila y Ahumada—. Su emblema es de color morado, y en la imagen de portada de su página de Facebook se puede ver una pintura de la santa española y, como fondo, una imagen de una manifestación que ondea banderas LGTB.
Al pie de la invitación a la “Misa por la Inclusión” figuran, entre otros, los emblemas de “Pastoral Creativa. Comunidad de Inclusión”, “Coro Efetá”, "Comunidad Católica Vino Nuevo", "La casa de las otras ovejas" y “En búsqueda de la oveja perdida”.
¿Qué son las “Misas por la Inclusión”?
El P. Rosas dijo a ACI Prensa que las "Misas por la Inclusión", como las que se hacen ocasionalmente en su parroquia, comenzaron en base a “comunidades de fe” que se reunían “en las casas para orar, estudiar la palabra de Dios, hacer proyectos para crecer y, sobre todo, en ese sentido, sanar heridas”.
El jesuita añadió: “Yo les dije que a mí me encantaría que, para que fuera una vida más plena, cada domingo tuviéramos la Misa de Inclusión” en la parroquia, ubicada a poco más de tres calles de las oficinas de la curia de la Arquidiócesis Primada de México.
El formato de estas celebraciones, según el P. Rosas, “es exactamente [igual a] la Eucaristía”, pero “después de que yo proclamo el Evangelio, ellos hacen la homilía y luego continuamos con la Eucaristía”.
🔴 Algunas imágenes de nuestra misa de la Inclusión en la Parroquia del Santísimo Redentor junto a nuestros amigxs de @comunidadvinonu, Pastoral Creativa, en búsqueda de la oveja perdida, y el Coro de Efetá. Este domingo nos acompañó James Alison. pic.twitter.com/LOQTHgSTIO
— Colectivo Teresa de Cepeda y Ahumada. (@ColectivoTeresa) November 6, 2023
Consultado por ACI Prensa, el Colectivo Teresa de Cepeda y Ahumada señaló el 24 de febrero que las “Misas por la Inclusión” son “una celebración Eucarística, con apego total a la liturgia, abierto a la feligresía en general, con algunas particularidades”.
Entre las “particularidades”, el colectivo mexicano señala que en cada Misa se pide “en las intenciones por el fin de la discriminación y la violencia”, y precisa que “la reflexión del Evangelio es comunitaria y fruto de la oración en nuestras comunidades a lo largo de la semana”.
En efecto, en algunas celebraciones, —como se puede apreciar en la transmisión en vivo de la Misa del 4 de febrero en la página de Facebook de la parroquia Santísimo Redentor de Ciudad de México—, la homilía es pronunciada íntegramente por laicos, mientras que en otras ocasiones —como la Misa del 3 de diciembre de 2023 en la parroquia Santísimo Redentor o la del 25 de febrero de este año en la parroquia Sagrada Familia— se hace de forma compartida con el sacerdote que preside la Eucaristía.
Varias de las “Misas por la Inclusión” han sido celebradas por el P. Patrick Keyes en la parroquia Santísimo Redentor.
ACI Prensa dialogó con el P. Keyes el 21 de febrero en la parroquia Santísimo Redentor. El sacerdote pidió que las consultas le sean enviadas por correo electrónico.
Las preguntas sobre las “Misas por la Inclusión” fueron enviadas a su correo electrónico el 1 y el 4 de marzo. El 6 de marzo, consultado nuevamente, esta vez a través de mensaje de texto, el P. Keyes dijo que se encuentra “en camino a Orlando” (Estados Unidos), y aseguró que “después” enviaría su “reflexión personal”.
Hasta el cierre de esta edición, el P. Patrick Keyes no ha contestado las consultas de ACI Prensa.
El Colectivo Teresa de Cepeda y Ahumada señaló que los que asisten a estas celebraciones son personas “que en algún momento han sido excluidas o se han sentido discriminadas en sus comunidades parroquiales, por algunos clérigos o incluso fieles laicos”.
El colectivo aseguró que “desde hace 12 años” se realizan estas Misas, que “solamente se han interrumpido durante la pandemia”.
El objetivo último de su trabajo, aseguró la organización, es “incluir para dialogar; dialogar para reconciliar”, además de “establecer un puente de diálogo positivo y asertivo con el episcopado arquidiocesano, quienes incluso han presidido en cuatro ocasiones esta celebración”.
¿Pueden los laicos realizar las homilías?
El Código de Derecho Canónico, la ley de la Iglesia Católica, establece en el canon 767 que “los laicos pueden ser admitidos a predicar en una iglesia u oratorio, si en determinadas circunstancias hay necesidad de ello, o si, en casos particulares, lo aconseja la utilidad, según las prescripciones de la Conferencia Episcopal y sin perjuicio del c. 767 § 1”.
A continuación, el canon 767 § 1 determina que “entre las formas de predicación destaca la homilía, que es parte de la misma liturgia y está reservada al sacerdote o al diácono”.
La instrucción vaticana “Sobre algunas cuestiones acerca de la colaboración de los fieles laicos en el sagrado ministerio de los sacerdotes”, publicada en 1997 y firmada, entre otros, por el Cardenal Joseph Ratzinger, entonces prefecto de la Congregación —hoy Dicasterio— para la Doctrina de la Fe, establece que “la homilía, durante la celebración de la Eucaristía, se debe reservar al ministro sagrado, sacerdote o diácono”.
“Se excluyen los fieles no ordenados, aunque desarrollen la función llamada ‘asistentes pastorales’ o catequistas, en cualquier tipo de comunidad o agrupación”, añade la instrucción del Vaticano, pues “no se trata, en efecto, de una eventual mayor capacidad expositiva o preparación teológica, sino de una función reservada a aquel que es consagrado con el Sacramento del Orden”.
Aunque podría permitirse algún testimonio, el documento precisa que no puede tener “características tales de llegar a confundirse con la homilía”.
El texto también admite “la posibilidad del ‘diálogo’ en la homilía”, como un “medio expositivo” del sacerdote durante el sermón, pero sin delegar “a los otros el deber de la predicación”. Finalmente, el documento del Vaticano precisa que “la homilía no puede ser confiada, en ningún caso, a sacerdotes o diáconos que han perdido el estado clerical o que, en cualquier caso, han abandonado el ejercicio del sagrado ministerio”.
Los obispos de Ciudad de México han participado en “Misas por la Inclusión”
Obispos auxiliares de la Arquidiócesis de México han participado en “Misas por la Inclusión”. El caso más reciente es el de Mons. Francisco Javier Acero, el domingo 14 de enero de este año a las 6:00 p.m. La Misa fue celebrada en la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, Emperatriz de América, al suroeste de la Ciudad de México.
🔴 Algunas imágenes de la "Misa por la Inclusión" en la Parroquia de la Emperatriz de América. Nos acompañó Monseñor Francisco Javier Acero. pic.twitter.com/f01GbHABRs
— Colectivo Teresa de Cepeda y Ahumada. (@ColectivoTeresa) January 15, 2024
Consultado por ACI Prensa, Mons. Acero aseguró que “no tenía conocimiento” de que las homilías en esas Misas fueran pronunciadas por laicos.
“En la Eucaristía que yo presidí, yo mismo prediqué, nadie intervino en la homilía. Al concluir la celebración de la Santa Misa nos encontramos en un salón aparte para escuchar sus historias personales”, aseguró Mons. Acero.
El prelado exhortó a los miembros de todas las comunidades a “seguir las rúbricas y lo que la Doctrina Social de la Iglesia, el Código de Derecho Canónico y el Magisterio de la Iglesia indican”.
El obispo recordó además que “dos de los compromisos que la Arquidiócesis Primada de México ha establecido son los de escucha y cercanía con todas las personas que lo piden”.
En ese sentido, continuó, “se ha dado acompañamiento y se han hecho celebraciones con integrantes de la comunidad LGBT, así como también se ha realizado la cercanía y escucha con los pueblos originarios e indígenas, con las madres buscadoras de personas desaparecidas, con las comunidades migrantes, con personas en situación de prostitución, con escuelas, universidades, con empresas, en mercados, con comerciantes, en hospitales, y muchos lugares y con muchas comunidades más”.
Mons. Acero indicó además que “la Iglesia está en su misión de evangelizar y mantener las puertas abiertas para aquellos que quieren acercarse en busca de acompañamiento y escucha”.
¿Qué dice la Arquidiócesis de México sobre las “Misas por la Inclusión"?
La Arquidiócesis Primada de México aseguró a ACI Prensa el 22 de febrero que en la capital mexicana “no existe una Pastoral de la Diversidad”, sino que “la labor que realiza la Arquidiócesis de México es de escucha y acompañamiento a los grupos, instituciones o comunidades que así lo solicitan”.
“En el caso que refiere a esta solicitud de información, se trata de un grupo de personas pertenecientes a la comunidad LGBT que se acercó a esta Iglesia particular para pedir acompañamiento y escucha”, señaló.
Respecto a las homilías pronunciadas por laicos, la arquidiócesis dijo que “la indicación que se ha dado a los sacerdotes que han pedido orientación al respecto es de que sea el sacerdote quien realice la prédica durante la homilía, y en el caso que lo crea conveniente, dar espacio a la reflexión de un laico, siempre y cuando sea conforme a una correcta interpretación del Magisterio de la Iglesia”.
“Para evitar confusiones, los obispos de la Arquidiócesis de México se han acercado y continuarán haciéndolo con los sacerdotes que requieran orientación para dar atención a los grupos, instituciones y comunidades que se acercan en busca de escucha y acompañamiento”, señaló.
Sobre la autorización para las “Misas por la Inclusión”, la Arquidiócesis de México respondió: “Cuando algún grupo, institución y/o comunidad requiere escucha o acompañamiento, son los representantes quienes hablan con los párrocos, vicarios u obispos y se acuerda con ellos su acompañamiento de formación espiritual, teniendo como base sólida el Magisterio de la Iglesia”.