A propósito del Día Internacional de la Mujer, el Área de Mujeres del Departamento de Laicos, dependiente de la Comisión Episcopal para la Vida, Laicos y Familia de Argentina, compartió una carta titulada “Entre ustedes no debe ser así”, que llama a construir la paz en contextos de violencia y toma el ejemplo de Santa Mama Antula.
En el marco de “tiempos difíciles, de profundas confrontaciones” y atravesando “una precaria situación económica y social a nivel nacional y mundial”, se provocan “discusiones, peleas y enfrentamientos” en medios públicos y privados, señala la carta.
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En particular, la publicación se centra en “la violencia ejercida contra las mujeres” y advierte que “lejos de aminorar, crece cada día”.
En ese contexto, “nuestras oraciones y pensamientos están con quienes más sufren en nuestro país y en el mundo”, expresa.
“Nos sentimos especialmente cerca hoy de mujeres, adolescentes y niñas víctimas de la violencia física que a muchas lleva a la muerte; de violencia psicológica que las deja emocionalmente heridas y a veces condicionadas de por vida; de la violencia institucional y social que las priva de sus derechos y posibilidades de desarrollarse como personas; de la violencia que supone la pobreza con su falta de oportunidades de alimentarse, educarse, trabajar, criar a los hijos e hijas”, enumera.
Por eso, retoma el mensaje de Jesús: “Entre ustedes no debe ser así” y anhela: “Queremos ser artesanas de paz, en nuestras familias, en nuestras comunidades eclesiales, en nuestros barrios, en nuestros lugares de trabajo y de estudio”.
“Queremos tener esta mirada hacia las realidades de nuestro país y del mundo. Respetar las diferencias, construir a pesar de ellas. Sostenernos en el trato justo hacia el prójimo, con empatía sin atacar ni anular”, añade.
“Esta dura realidad nos demuestra que aún en las tensiones, en las dificultades debemos recuperar la idea de que nadie se salva solo, somos por y con otros, más cuando el contexto requiere la salida colectiva”, expone, con un llamado a “no perder la humanidad, la ternura”.
La carta recuerda la invitación del Papa Francisco a que “hagamos de la no violencia activa nuestro estilo de vida”, tanto en la Iglesia como en el mundo.
Finalmente, toma como inspiración el testimonio de Santa Mama Antula, “descalza, sola, recorriendo distancias enormes pero unida a Jesús, aferrada a la cruz y con el corazón lleno de amor”.
“Que ella interceda por nosotras, en particular por las mujeres que más sufren”, concluye, deseando que este 8 de marzo “sea un día de paz”.