“El hombre que doblegó las armas de los rebeldes”, el P. Aurelio Gazzera, fue nombrado por el Papa Francisco como Obispo Coadjutor de la Diócesis de Bangassou, en la República Centroafricana, el pasado 23 de febrero. En una conversación con la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN, por sus siglas en inglés) sobre los retos de su nuevo ministerio.
El sacerdote carmelita italiano, de 61 años, lleva 33 trabajando como misionero en este país, azotado repetidamente por la violencia y los disturbios. En 2014, gracias a sus esfuerzos en las negociaciones de paz, logró que los rebeldes Selekas se retiraran de la ciudad de Bozoum, lo que le valió reconocimiento internacional.
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“Como sacerdote, como párroco y como obispo, todo lo que hiere o afecta a mis hermanos y hermanas también me hiere a mí. Como sacerdote, tenía la responsabilidad –y ahora la tengo aún más como obispo– de cuidar y proteger a las personas que me han sido confiadas”, expresó.
El buen pastor, señaló el P. Gazzera, “no sólo acompaña a sus ovejas, sino que también las defiende del peligro”. Asimismo, indicó que se esforzará para continuar promoviendo el diálogo con los grupos rebeldes al gobierno y “por ser un signo de paz” en el país.
Su nombre religioso, que tomó al convertirse en carmelita descalzo, es Aurelio de San Pedro. Sobre esto, el nuevo Obispo coadjutor explicó a ACN que la figura del Príncipe de los Apóstoles siempre le ha inspirado.
De hecho, compartió que para su ordenación episcopal elegirá el capítulo 21 del Evangelio de San Juan, en el que Jesús le pide a San Pedro que confirme su amor por Él tres veces y que apaciente a sus corderos.
“Quiero hacer de esta nueva etapa de mi vida un signo de este amor por Jesús, por la Iglesia y por mis hermanos y hermanas que me son confiados”, remarcó. La ceremonia tendrá lugar el 9 de junio de este año, en la Catedral de Bangui.
El sacerdote italiano afirma sentir miedo de su nueva misión, pero a la vez una “profunda confianza en Dios”. Manifiesta que la fuerza para ser obispo no viene de él, sino de Dios, y que es Jesús mismo quien prepara al hombre y le envía.
La Diócesis de Bangassou está situada en el sureste de la República Centroafricana, entre la República Democrática del Congo y Sudán del Sur. Tiene una superficie de casi 135.000 kilómetros cuadrados, casi la mitad del territorio italiano. Sin embargo, allí vive solo medio millón de personas.
“La zona está muy apartada”, comenta el P. Gazzera. Y añade que “algunas de las doce parroquias también son inaccesibles en automóvil. Además, grupos armados actúan en amplias zonas de la diócesis”.
Por último, expresa que la situación en el país sigue siendo muy difícil e inestable y que la inseguridad es muy alta. “Las misiones también están cerradas en la Diócesis de Bangassou porque ha habido ataques en los últimos meses”, puntualizó.
El P. Gazzera deja su ministerio en manos del Señor y espera contar con la ayuda de toda la diócesis: los sacerdotes, los catequistas y los fieles. Ya tiene planeados sus primeros meses como prelado, pero después el panorama es incierto. “El Señor determinará el resto del programa”, concluyó.