El pasado viernes el Obispo Auxiliar de Madrid, Jesús Vidal, bendijo la Virgen Blanca de Moncloa, situada en la Ciudad Universitaria de Madrid, muy cerca de varios hospitales, después de que un grupo de jóvenes haya recuperado un espacio digno para esta imagen que fue mutilada en la Guerra Civil y vandalizada en las últimas décadas.
La talla perteneció en un origen al Asilo de Santa Cristina fundado en 1895 en el que eran acogidos niños enfermos, ancianos o gente sin hogar y que estuvo regentado por las Hermanas de la Caridad. Durante la Guerra Civil española (1936-1939) la imagen sufrió los bombardeos y quedó mutilada. Escondida durante un tiempo, la imagen fue encontrada en un descampado donde quedó enterrada.
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En 1954, con motivo del Año Santo Mariano convocado por el Papa Pío XII, la Universidad Complutense erigió un templete cercano al Hospital Clínico San Carlos, a la Clínica Jiménez Díaz en unos terrenos pertenecientes a la institución educativa.
Durante décadas, han sido muchos los estudiantes, enfermos y personal sanitario que se han acercado a rezar ante esta imagen. Sin embargo, también ha sido un lugar vandalizado con frecuencia, donde algunos jóvenes se juntaban por las noches para beber.
Elisa Gonzálvez, feligresa de la parroquia de San Juan Crisóstomo, la más cercana al lugar, pasaba con frecuencia por el lugar en sus años universitarios: “recuerdo ir a la Facultad de Arquitectura y pasar todos los días cerca del templete. En mitad del camino me paraba y hacía una inclinación de cabeza”, narra a ACI Prensa.
La zona en la que está situada la imagen de mármol blanco, cuando cae la noche, está retirada y es muy oscura, motivo por el que “era vandalizada en especial cuando se acercaba la fiesta de Halloween cuando aparecían signos satánicos en la cara”, detalla Elisa quien prefiere no imaginarse “qué otras cosas se habrán hecho allí”.
Ese aislamiento, sin embargo, también propiciaba que muchos se acercaran a rezar durante el día y a “contarle confidencias”, añade. En ese sentido, para Elisa se trata de una Virgen “súper especial”, pues allí acudía junto a su novio con frecuencia y ante la Virgen se comprometieron en matrimonio.
Una Virgen sin nariz
Elisa explica que lo más característico de la Virgen es que no tiene nariz y que, cuando se plantearon la remodelación del lugar, tuvieron claro que no se le iba a reponer “porque es parte de su identidad y de su historia”. Antes de la pandemia del COVID, se reunía una docena de hombres para rezar el Rosario todos los sábados y “una señora que vivía en El Escorial le traía flores”.
Así que, viendo su estado de deterioro, Elisa y otros jóvenes de la parroquia de San Juan Crisóstomo plantearon al P. Fernando Simón la situación y éste les dijo “tenemos que hacer algo”.
Y así comenzaron a aportar sus ideas, su esfuerzo para financiar el proyecto (cerca de 30.000 euros), los contactos con la universidad, que es la propietaria de los terrenos y la imagen.
Elisa, como arquitecto, diseñó un primer boceto del proyecto, con una pequeña valla y la instalación de unas macetas. Pero a medida que se iban avanzando en las actuaciones, se constataba que no eran suficientes. Así, finalmente, ha quedado instalada una verja de metal de una altura suficiente para que la Virgen no sea vandalizada.
Se han limpiado los graffiti, se ha instalado una iluminación “que da seguridad y que además ayuda a que la Virgen ilumine el sufrimiento de quienes están en los hospitales cercanos”.
Bendición de la imagen por Mons. Jesús Vidal
Mons. Jesús Vidal, Obispo Auxiliar de Madrid, fue el encargado de presidir el acto de bendición que tuvo lugar el pasado viernes, a la que acudieron decenas de devotos, entre los que se encontraban estudiantes, capellanes universitarios y fieles de la parroquia de San Juan Crisóstomo.
Mons. Vidal expuso que “este mundo está en tinieblas”, que es reflejo “del combate que hay dentro, en el corazón de cada uno de nosotros”. Por eso consideró que para que la imagen de la Virgen sea una luz afuera “tiene que ser primero una luz dentro del corazón de cada uno”.
Además, animó a los presentes a hacer propio el “sí” de María en la Anunciación, al pie de la Cruz y en Pentecostés. Un “sí” que aparece reflejado en la imagen, “herida por la metralla de la guerra” y que ha sufrido “el vandalismo” y que se concreta en que “la Virgen ante esta violencia no responde con violencia” sino “con un sí redentor, con un sí de amor que va más allá de la muerte”.
Antes de proceder a la bendición, y tras recomendar el texto de bendición de la imagen, en especial para los estudiantes universitarios, como guía para su actuar cristiano, el prelado expresó un deseo a los presentes: “Que la Virgen que veis quede grabada en vuestro corazón, para que así el corazón de cada uno de nosotros y de todos los que pasen por aquí, se vaya transformando y así la Virgen traiga la paz a nuestros corazones y a través de ello, a nuestra sociedad”.
El párroco de San Juan Crisóstomo, P. Fernando Simón, al término del acto y tras pronunciar algunas palabras de agradecimiento a todos los que han hecho posible esta restauración, se dirigió muy en especial a los jóvenes:
“Este lugar os pertenece a vosotros, a los jóvenes. Ella, la Virgen Blanca, Inmaculada, Reina de la Paz, Asiento de la Sabiduría os espera aquí. Os mira, os escucha, os cuida. Nunca saldréis de aquí defraudados. Entre todos, acoged a la Madre en vuestra vida, en vuestro corazón como decía Don Jesús y custodiad este lugar como algo propio vuestro”.