Al concluir su 127ª asamblea ordinaria el 1 de marzo, los miembros de la Conferencia Episcopal de Costa Rica (CECOR) publicaron un mensaje haciendo un llamado a una “reactivación económica inclusiva”, que garantice “bienestar para todas las personas”.
A pesar de que Costa Rica cerró el año 2023 con logros económicos destacados, como el primer lugar mundial de atracción de inversión extranjera, la reducción de la tasa de desempleo y la menor tasa de inflación de la OCDE, los prelados indicaron que “el crecimiento económico no alcanza a todas las personas”.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
“Costa Rica se ha consolidado como uno de los países más desiguales del mundo, tanto por la diferencia de ingresos entre personas como por el desarrollo humano comparativo entre los territorios del país”, aseguran los obispos en su mensaje.
Los prelados lamentaron que “no se perciben medidas para paliar la pobreza”, en cambio, “hay evidencias de que no marchamos decididamente hacia un mayor desarrollo humano integral”.
Destacaron además que “hay muchas familias sin vivienda propia, o con deficiencias habitacionales que les impiden cubrir sus necesidades básicas”.
Los obispos también manifestaron su inquietud por la “inédita salida del mercado laboral de decenas de miles de personas”, a pesar de la aparente disminución de la tasa de desempleo, según las estadísticas oficiales, y pidieron prestar una “especial atención” al “bienestar económico de las familias”.
Además de las preocupaciones económicas, los obispos también destacaron otras cuestiones que preocupan a la Iglesia Católica, como la injerencia de la ideología de género, la falta de espacios de concertación social, las debilidades del sistema nacional de seguridad social, el crecimiento de la violencia y la penetración del narcotráfico en el país.