Desde que la Corte Suprema del estado de Alabama (Estados Unidos), dictaminó que los embriones creados mediante fertilización in vitro (FIV) son niños humanos, ha estallado nuevamente el debate sobre el tratamiento de fertilidad.
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¿Qué es la FIV?
La FIV es un procedimiento médico que une espermatozoides y óvulos en un ambiente de laboratorio para concebir un niño fuera del acto sexual. Luego, el embrión vivo se implanta en el útero para continuar desarrollándose hasta el nacimiento.
Según la Clínica Mayo, la FIV se utiliza normalmente como un "tratamiento para la infertilidad" que "también puede utilizarse para evitar la transmisión de problemas genéticos a los hijos".
¿La Iglesia Católica está en contra de la FIV?
Sí. Si bien la Iglesia Católica recomienda ciertos tratamientos de fertilidad para las parejas que luchan por tener hijos, el uso de la FIV es contrario a las enseñanzas católicas.
El Catecismo de la Iglesia Católica (numeral 2377) afirma que la FIV es “moralmente reprobables” porque separa el acto matrimonial de la procreación y establece “el dominio de la técnica” sobre la vida humana.
Según Joseph Meaney, presidente del Centro Nacional Católico de Bioética, el documento vaticano Donum Vitae de 1987 estableció el marco moral para los católicos con respecto a la FIV. Donum Vitae señaló que “el don de la vida humana debe realizarse en el matrimonio mediante los actos específicos y exclusivos de los esposos, de acuerdo con las leyes inscritas en sus personas y en su unión”.
Esta enseñanza, afirmó Meaney a CNA —agencia de noticias en inglés de EWTN News—, establece una “distinción fundamental” entre los tratamientos destinados a ayudar al acto conyugal a concebir un hijo y los tratamientos que reemplazan el acto conyugal.
Donum Vitae compara la FIV con el aborto, diciendo que “mediante estos procedimientos, con finalidades aparentemente contrarias, la vida y la muerte quedan sometidas a la decisión del hombre, quien así se erige en dador de la vida y de la muerte por decreto”.
Meaney explicó que en la FIV "hay una cosificación del niño porque esencialmente se están produciendo niños casi a escala industrial".
“Se trata a la persona humana no como un regalo, sino como un objeto a crear y que puede ser sometido a control de calidad y desechado”.
¿Cómo separa la FIV al sexo de la procreación?
Un embarazo mediante FIV se logra mediante la extracción de algunos de los óvulos de la mujer, recolectados mediante la inducción de lo que se llama "superovulación", donde se administra un medicamento para que la mujer libere múltiples óvulos en un ciclo. Los óvulos se combinan con el esperma del hombre obtenido mediante la masturbación.
En definitiva, la FIV implica el uso de medios artificiales para lograr el embarazo fuera del acto matrimonial. La Iglesia sostiene que esta disociación es contraria a la dignidad de padres e hijos.
Donum Vitae remarca que debido a que la concepción a través de la FIV “se produce fuera del cuerpo de la pareja a través de acciones de terceros”, dicha fertilización “confía la vida y la identidad del embrión al poder de los médicos y biólogos y establece el dominio de la tecnología sobre el origen y destino de la persona humana”.
“Sólo el respeto del vínculo entre los significados del acto conyugal y el respeto de la unidad del ser humano hacen posible la procreación conforme a la dignidad de la persona humana”, enseña la Donum Vitae.
¿Cómo se perjudica a los niños mediante la FIV?
Durante el proceso de FIV, se crean múltiples embriones humanos y luego se evalúan en un proceso de "clasificación" que determina su "calidad" celular. Existen múltiples métodos de clasificación que los proveedores de FIV utilizan para examinar los embriones con el fin de determinar cuáles pueden ser los más adecuados para su implantación en el útero.
Casi la mitad de los embriones humanos creados mediante FIV son “desechados” durante el proceso, según el Centro de Genética y Sociedad. Esto ha llevado al descarte de millones de embriones humanos, algo que a los ojos de la Iglesia equivale a la muerte de millones de vidas inocentes.
Además, el uso de la FIV ha resultado en un excedente de aproximadamente 1 millón de embriones humanos que se mantienen congelados en laboratorios de todo el país, donde a menudo se almacenan indefinidamente o se destruyen en investigaciones científicas embrionarias.
¿No es bueno tener más niños?
La Iglesia apoya el deseo de una pareja de tener hijos. El problema surge cuando ese deseo lleva a las parejas a buscar hijos por cualquier medio.
John Di Camillo, especialista en ética del Centro Nacional Católico de Bioética, explicó a CNA que “no podemos hacer el mal para que venga el bien”.
"La Iglesia enseña que los niños tienen derecho a ser concebidos, gestados, nacidos y criados dentro del matrimonio", indicó. “Cada persona humana es imagen y semejanza de Dios, hecha por Dios: una unidad de cuerpo y alma de valor infinito que debe ser bienvenida, amada y apreciada en lugar de producida por la fuerza”, agregó.
¿Cuáles son las alternativas a la FIV para los católicos?
El Catecismo (numeral 2375) enseña que “las investigaciones que intentan reducir la esterilidad humana deben alentarse”.
Según Donum Vitae, los tratamientos de fertilidad destinados a sustituir el acto matrimonial son moralmente incorrectos, mientras que aquellos destinados a ayudarle a concebir la vida pueden estar permitidos.
La Iglesia considera moralmente lícitos métodos como la tecnología procreadora natural (tecnología NaPro), que se centran en tratar los problemas corporales u hormonales subyacentes que causan la infertilidad en lugar de intentar eludirlos.
Según Veritas Fertility & Surgery, los tratamientos con tecnología NaPro a menudo implican medicamentos para mejorar la ovulación y los niveles hormonales en una mujer, así como "mejorar el recuento o la calidad de los espermatozoides" en los hombres. La tecnología NaPro también puede implicar intervenciones quirúrgicas destinadas a restaurar las funciones procreadoras naturales del cuerpo.
La Iglesia también anima a las parejas a utilizar la Planificación Familiar Natural (PFN), que realiza un seguimiento de los ciclos fértiles e infértiles del cuerpo de la mujer para lograr o posponer el embarazo. Existen múltiples métodos de seguimiento de la PFN, como el Modelo de Fertilidad de Creighton y el Método de Ovulación Billings, que la Iglesia considera lícitos.
“La Iglesia apoya a las parejas casadas que luchan con la cruz de la infertilidad fomentando intervenciones médicas para sanar a la pareja, restaurando su salud y fertilidad para que tengan más probabilidades de recibir el regalo de un hijo a través de las relaciones sexuales”, explicó Di Camillo.
¿Cuál es la sentencia de FIV de Alabama?
La Corte Suprema de Alabama dictaminó el 20 de febrero que los embriones humanos congelados constituyen niños según el estatuto estatal, una decisión que podría afectar la forma en que operan las clínicas de FIV en el estado.
El fallo 8-1 dijo que la “Ley de Muerte Injusta de un Menor” del estado “se aplica a todos los niños, nacidos y no nacidos, sin limitación” e “independientemente de su ubicación”.
Cabe señalar que el fallo de Alabama no es parte de un caso federal y, por lo tanto, solo afecta la ley dentro del estado, sin afectar a todos los demás estados.
Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Originalmente publicado en CNA.