La ermita católica de la Santísima Trinidad situada en la Finca El Campillo en el municipio de El Escorial en Madrid (España) ha sido el escenario de una “boda” entre dos hombres.
Cristina González Navarro, propietaria del lugar, ha asegurado a ACI Prensa que en el acto celebrado en el interior de la ermita “no había ningún cura” y que allí “no se celebró una boda”, pero no quiso ofrecer más detalles sobre en qué consistió el ritual.
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Lo que se conoce, a través de las imágenes difundidas en redes sociales, es que la ermita estaba llena de invitados y que los varones, vestidos de chaqué y tomados de la mano, salieron del templo al modo en que lo hacen los esposos católicos al concluir la celebración del sacramento del Matrimonio, generalmente dentro de una Misa.
En el vídeo difundido a través de Instagram se ha puesto como música de acompañamiento la canción Enciéndeme, del grupo musical Hakuna, en auge desde su aparición hace unos años.
Elementos de la liturgia católica en la ceremonia
A tenor de algunas fotos, durante la ceremonia se habrían empleado algunos elementos de la liturgia católica. El retablo y el altar de la ermita fueron cubiertos con plantas altas. Delante de estas, se dispuso una mesa con baja un mantel blanco sobre el que se colocó una imagen de la conocida como Virgen de Hakuna, obra del escultor Javier Viver. Se trata de una virgen en actitud orante, embarazada, que recoge su vientre con ambos brazos.
En el lado izquierdo del templo, según se mira al presbiterio, se colocaron junto a esta mesa dos sillas que ocuparon los dos varones. Al otro lado, desde un atril que habitualmente debe ser usado por un sacerdote o un ministro del lectorado, al menos un invitado intervino durante la ceremonia.
Los dos protagonistas del evento se intercambiaron anillos y, en un momento dado, se arrodillaron en unos reclinatorios blancos frente a la talla de la Virgen y ante una cruz realizada con dos ramas atadas con una cuerda.
Ambos llevan sobre sus hombros un paño blanco con rayas azules en un gesto similar al conocido como rito de la velación originario de la liturgia mozárabe. En este rito católico, se cubre la cabeza de la esposa y los hombros del esposo quienes, arrodillados, reciben una bendición.
De acuerdo al diario El Debate, los invitados consideran que como “no hubo lecturas, ni oraciones, ni nada que imite ningún rito católico (sic)” sólo se trató de un “acompañamiento de todos los invitados a la pareja a rezar por ellos, por su unión”, que ya se había celebrado según la legislación civil días antes.
Arzobispado de Madrid se pronuncia sobre la ceremonia de la pareja gay
El P. Florentino de Andrés, párroco de San Bernabé, en El Escorial, asegura a ACI Prensa que el templo no está desacralizado y que la ceremonia se realizó sin su conocimiento. A este respecto, se muestra categórico: “No ha sido con mi permiso”.
El párroco asegura además que va a hablar con las propietarias de la finca para aclarar lo sucedido y que, de confirmarse los hechos, instará a la desacralización de la ermita.
El Arzobispado de Madrid, por su parte, ha publicado un comunicado en el que “con el deseo de evitar confusión”, explica que “no fue informado ni consultado sobre la posibilidad de realizar dicha celebración, siendo un acto unilateral de la finca que tendrá efectos canónicos al respecto. En ningún caso está permitido realizar un matrimonio civil dentro de un recinto religioso”.
Además, la nota añade que “las ermitas familiares solo pueden ser usadas para el fin que la Iglesia les concede”, y por tanto “no pueden ser lugar de celebraciones públicas religiosas, salvo autorización expresa del obispado”.
Del mismo modo, “tampoco pueden ser objeto de finalidades comerciales ni lugares de celebraciones civiles de ningún tipo. De hecho, en su momento fueron concebidas únicamente para uso privado devocional de la familia propietaria de la misma y en ningún caso para ser ofrecidas como un servicio opcional lucrativo de una empresa dedicada a la organización de eventos sociales”.
Polémica en redes sociales
El P. Juan Manuel Góngora, presbítero diocesano de Almería (España) ha denunciado a través de X (antes Twitter) que se trata de “un acto de exaltación sodomítica” y ha exhortado a los católicos invitados “ a irreverencias semejantes” a no ser “cómplices de un pecado mortal”.
Me pasan este clip, que es público en Instagram. Un acto de exaltación sodomítica acontecido en la ermita de una finca privada de bodas en Madrid.
— P. Juan Manuel Góngora (@patergongora) February 25, 2024
Si sois católicos y os invitan a irreverencias semejantes, no seáis complices de un pecado mortal. Recemos por su conversión. pic.twitter.com/EpMmVwIyv2
A este comentario ha respondido, también en X, el portavoz adjunto del Partido Popular en la Asamblea de Madrid, Rafael Núñez Huesca, estrecho colaborador de la presidenta regional Isabel Díaz Ayuso.
Tras presentarse como “católico practicante” ha afirmado que el mensaje del P. Góngora es “impropio de un pastor de la Iglesia. Por lo que dice y, más aún, por el tono desdeñoso en que lo dice. Que sean muy felices y que testimonios desafortunados como este no les alejen de la fe”.
El P. Góngora instó a su vez a Núñez a repasar “lo que afirma practicar y si es de recibo organizar y simular estéticamente un sacramento en un recinto sacro para su posterior difusión en redes sociales”.
Además, adjuntó una imagen con el texto del Catecismo de la Iglesia Católica en el que se detalla la doctrina en torno a la “Castidad y homosexualidad”, en sus números 2357 y siguientes.
¿Se pueden celebrar matrimonios en una ermita privada?
Más allá de la polémica sobre el uso indebido de un templo católico, los dueños de ermitas que se encuentran en terrenos particulares están sometidos a una normas eclesiásticas (cánones 1115 y siguientes) para el correcto uso de estos espacios sagrados, como ha resumido el Arzobispado de Madrid en su comunicado.
La Iglesia Católica permite la celebración del Matrimonio en lugar distinto de la parroquia que por domicilio le corresponde a los contrayentes, si cuenta con permiso del Obispo o el párroco. Esto se aplica no sólo a las iglesias parroquiales, sino a cualquier templo, incluidas las ermitas situadas en fincas particulares, como es el caso.
El P. Andrés, que lleva 29 años en la parroquia, reitera a ACI Prensa que, hasta el momento, tenían permiso para celebrar en esta ermita los familiares de los dueños de la finca, uno de cuyos usos es el alquiler de sus espacios para la celebración de bodas y eventos.
En el caso de que personas ajenas a la familia quieran celebrar su matrimonio en la ermita, se ha de pedir permiso “al Cardenal”, explica el párroco. En casi tres décadas, tan sólo se ha dado ese permiso en dos o tres casos, uno de los cuales fue el del matrimonio del hijo mayor del expresidente del Gobierno José María Aznar en el año 2011. El permiso fue dado por el Cardenal Antonio María Rouco. También el Cardenal Carlos Osoro ha concedido estos permisos de forma excepcional, comenta el P. Andrés.
Al menos en una ocasión, el P. Florentino de Andrés tuvo que afrontar en esa ermita la circunstancia de la celebración de un Matrimonio que no cumplía el requisito canónico de la forma, por no haberse pedido el preceptivo permiso.
La boda, oficiada por el P. Javier Alonso Sandoica, sacerdote diocesano de la Archidiócesis de Madrid, finalmente se celebró. Pero al no contar con el permiso, el P. Florentino tuvo que acudir a la Vicaría General del Arzobispado para realizar un procedimiento canónico destinado a subsanar la falta de validez de este sacramento, según explicó a ACI Prensa.