El Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM), que agrupa a los obispos de Latinoamérica y las Antillas, se solidarizó con Mons. Pierre-André Dumas, vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Haití, quien quedó herido tras ser alcanzado por una explosión en Puerto Príncipe, la capital de su país.
En el comunicado del 20 de febrero, el CELAM condena enérgicamente el acto de violencia sufrido por el también Obispo de Anse-à-Veau y Miragoâne y expresa su rechazo absoluto a todas las formas de injusticia que aquejan al pueblo haitiano.
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“Querido hermano”, comienza la misiva dirigida a Mons. Dumas, “queremos manifestarte nuestra cercanía y dolor por el atentado del que has sido víctima. Lamentamos y repudiamos este hecho de violencia, como así también expresamos nuestro rechazo a todas las situaciones de injusticia y sufrimiento que vive el pueblo de ese querido país”.
Asimismo, el comunicado resalta y agradece el compromiso de fe de Mons. Dumas y su incansable labor en favor de su pueblo.
Durante la tarde del domingo 18 de febrero, Mons. Dumas resultó afectado por una explosión cerca de la residencia donde se encontraba alojado durante su estancia en Puerto Príncipe. Aunque no se han proporcionado más detalles sobre el incidente, los Obispos de Haití han confirmado que la salud del prelado se mantiene estable.
Pocas semanas atrás, en medio del clima de violencia que vive Haití, seis religiosas católicas de la Congregación de Hermanas de Santa Ana fueron secuestradas por una banda armada. Mons. Pierre André Dumas se ofreció en esa ocasión como rehén a cambio de la liberación de las religiosas.
El 24 de enero finalmente las religiosas fueron dejadas en libertad por la banda criminal que las retuvo.
Según recoge la prensa local, el pasado 13 de febrero Mons. Dumas denunció abiertamente la violencia generalizada en Haití y “la formalización del pandillaje”, advirtiendo que sin medidas concretas la situación podría deteriorarse hasta convertirse en una guerra civil.
La situación de seguridad en Haití se ha venido deteriorando en los últimos años, y la asunción de Ariel Henry como primer ministro en funciones tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse no ha hecho más que exacerbar esta crisis. Los niveles de delincuencia han alcanzado niveles históricos, lo que refleja la fragilidad institucional y la inestabilidad política.
Henry se enfrentaba a una fecha límite el 7 de febrero para dejar su cargo. Sin embargo, en un discurso televisivo transmitido la noche del ultimátum, el líder haitiano de facto manifestó que se celebrarían elecciones una vez que se restableciera la seguridad en la asediada capital, informó CNN.
De acuerdo a las cifras más recientes de las Naciones Unidas (ONU), 20.000 personas han sido desplazadas por la violencia en Puerto Príncipe desde principios de 2024. Estas personas han sido obligadas a reubicarse en familias de acogida o en campos de desplazados.
Otro informe publicado el 20 de febrero por la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA por sus siglas en inglés), revela que las bandas armadas controlan el 80% de Puerto Príncipe, y han expandido sus actividades criminales por todo el país, particularmente en el departamento de Artibonite.