En el comienzo de la Cuaresma, el Obispo de Rafaela (Argentina), Mons. Pedro Torres, exhortó a “bajar los decibeles” de los enfrentamientos en el país, y a implementar la escucha como una forma de sanar heridas y solucionar dificultades.
Según recoge el Diario Castellanos, en diálogo radial el prelado se refirió a este tiempo especial camino a la Pascua, a propósito de su carta pastoral de Cuaresma, titulada Volvamos a Jesús, la palabra de amor del Padre, y en Él renovemos la escucha, la alegría y la esperanza.
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El Obispo se refirió también a la reciente canonización de Mama Antula, la primera santa mujer argentina, situación que consideró “un signo de Dios para que en nuestra patria fuéramos más honestos y menos corruptos”.
Al evaluar el encuentro entre el Papa Francisco y el presidente Javier Milei, luego de que el mandatario haya hecho en el pasado fuertes críticas a la figura del Santo Padre, Mons. Torres valoró el gesto del Pontífice con una “lectura evangélica” del suceso.
“El Papa nos enseña con su ejemplo a recrear los vínculos, el perdón, la fraternidad; más allá de las diversidad y diferencias de pensamientos u opciones de un modo de construir la sociedad, encontrar lo que nos une, no lo que nos divide”.
“Cuando hay perdón se pueden redescubrir y rearmar los vínculos rotos con la agresión”, aseguró al respecto.
“El que se enoja, pierde. Hay que bajar los decibeles de tantos enfrentamientos en la Argentina y aprender a dialogar”, expresó.
La canonización de Mama Antula, dijo, “es un regalo providencial, es una mujer que entusiasma, porque descalza y vestida con una sotana jesuítica buscó que los argentinos se encontraran con Cristo”.
“Tenemos recursos para caminar austeramente hacia una patria que haya pan y felicidad para todos. Cuidemos la esperanza porque es un regalo que Dios nos hace, lo de Mama Antula fue un signo de esperanza y ojalá que podamos contagiarla”, animó.
En cuanto a la corrupción, advirtió que “nosotros tenemos poca institucionalidad” y recordó que “no hay democracia sin orden jurídico”
“Necesitamos una justicia largamente esperada”, afirmó, tomando las palabras del Episcopado Argentino. “También hace falta que todos se ‘pongan las pilas’ para ordenar la violencia porque nos hace mucho daño”.
“Confiemos en los órdenes de la Justicia y la seguridad para ordenar la convivencia social y vivirla en fraternidad”, concluyó.
FInalmente, Mons. Torres se refirió a las urgencias más significativas en las comunidades de la Diócesis. En ese marco, el prelado destacó que en diálogo con Cáritas pudo saber que este año va a ser difícil adquirir zapatillas y ropa, sumado al problema de los alimentos.
“Cáritas Diocesana se sostiene con la ayuda de los fieles, no tenemos ningún convenio con la Nación o la Provincia para recibir bienes o alimentos como hay en otras provincias”, explicó. Por eso, llamó a “estar atentos a las situaciones de la mesa común, con los alimentos para los más pequeños”.
Si bien cada Cáritas parroquial “tendrá que ir diciendo qué necesita”, hoy la prioridad son la comida y la ropa, concluyó.