La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) expresó su “solidaridad” con los ciudadanos que organizaron y tomaron parte en la multitudinaria "Marcha por la Democracia", realizada el domingo 18 de febrero en distintas localidades del país y del extranjero.
Un colectivo de organizaciones ciudadanas, autodenominado "Frente Cívico Nacional", convocó a estas manifestaciones que se realizaron de forma simultánea en la Ciudad de México y en más de 100 localidades tanto dentro como fuera del país, exigiendo lo que consideran un “voto libre” en las elecciones del 2024.
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Mexicanos al grito de guerra 🇲🇽
— Frente Cívico Nacional (@FCN_mx) February 18, 2024
¡Sí se pudo! ¡Sí se pudo! pic.twitter.com/epQEloixyo
Las organizaciones organizadoras son críticas del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y las reformas que impulsa, pues consideran que podrían afectar al Instituto Nacional Electoral (INE) y la legitimidad de las elecciones del 2 de junio de 2024.
En su conferencia de prensa matutina de hoy, López Obrador respondió a la marcha del domingo y calificó a sus participantes como “conservadores” que “se movilizaron en contra de la transformación” que supuestamente promueve su gobierno.
En un comunicado conjunto, las secretarías de Gobierno (SECGOB) y de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México reportaron que la movilización reunió a 90.000 personas en la capital mexicana. Sin embargo, según recoge la agencia Reuters, los organizadores aseguraron que sólo en la Ciudad de México participaron 700.000 personas.
En su mensaje publicado este 19 de febrero, la CEM reconoció “los valores constitucionales y de respeto a la ley que se manifestaron en una ciudadanía participativa que expresa libremente sus inquietudes y ejerce sus derechos”.
Los obispos aseguraron que “la Iglesia Católica en México está comprometida con la consolidación de la democracia en el país”.
Además, los prelados hicieron un llamado a todos los católicos y ciudadanos mexicanos a “informarse sobre las propuestas de los candidatos, analizar sus planes de gobierno y salir a votar de manera libre y razonada el día de la elección”.
El 2 de junio de este año, los mexicanos elegirán a un nuevo presidente, que sucederá a Andrés Manuel López Obrador, así como a los miembros del Congreso de la Unión, el órgano legislativo bicameral federal del país. También se elegirán diversas autoridades estatales y municipales.
El Episcopado subrayó la importancia del “voto responsable” como una “herramienta poderosa para construir un México más justo, solidario e incluyente”.
“Esperamos que el proceso electoral que está por iniciar se lleve a cabo en un contexto de civilidad, respeto y apegado a derecho. La democracia requiere de instituciones confiables y ciudadanos comprometidos con el bien común”, concluyeron los obispos.