La Santa Sede dio a conocer hoy el documento final del Sexto Congreso Mundial sobre la Pastoral del Turismo celebrado recientemente en Bangkok, en el que se presentan propuestas concretas para que los estados combatan más enérgicamente el “turismo” sexual.
El evento, organizado por el Pontificio Consejo para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes en colaboración con la Comisión Católica para el Turismo de la Conferencia Episcopal de Tailandia, tuvo como tema “El turismo al servicio del encuentro entre los pueblos”.
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El documento subraya que la Organización Mundial del Turismo aprobó un “Código Ético Mundial para el Turismo que ya ha inspirado la legislación de algunos países y todavía tiene que ponerse en práctica en muchos otros”.
El evento analizó especialmente “Las dimensiones del turismo sexual”, destacando las iniciativas para combatirlo. “El ministerio pastoral para el turismo no debe olvidar –dice el texto- la importancia de la solidaridad con los marginados y los pobres, prestando una atención particular a las consecuencias de la pobreza en la vida de las familias".
El documento propone 16 sugerencias para mejorar los valores del turismo, entre ellas:
· Mayores recursos para la formación moral y humana de las personas activas en el Turismo.
· Promover la conciencia de que el turismo es un instrumento para promover la justicia y la paz
· Combatir el turismo sexual que involucra a los niños, pidiendo que operadores turísticos informen a sus clientes sobre los niños víctimas de la prostitución y las cuestiones criminales / legales acerca de los viajeros transgresores.
Proteger a los más débiles
“Durante el Congreso –prosigue el texto- se ha hecho hincapié en que el turismo, que ahora se ha convertido en un fenómeno social y económico de dimensiones globales, debe contribuir a unir a las naciones y a las culturas”, y entre otras cosas a “la lucha contra todas las formas de discriminación y de explotación o, peor aún, de violencia sexual relacionada con mujeres y menores”.
Las personas explotadas, “las más vulnerables y las que tienen necesidad urgente de una atención apropiada son, sin duda, las mujeres, los menores y los niños”.
Entre las Recomendaciones y Peticiones acerca del Turismo Sexual se incluyen las siguientes:
Ofrecer protección legal y el restablecimiento de la dignidad humana a niños y mujeres víctimas.
· No criminalizar a los menores en los casos en los que el contenido de la Convención de los Derechos del Niño ha sido violado, como en el abuso sexual.
· Dar prioridad a la neutralización del tráfico y explotación, sobre todo de niños, en el turismo sexual.
· Intensificar la aplicación de las leyes que protegen a los niños de la explotación sexual en el turismo y llevar ante la justicia a los delincuentes.
· Las comunidades eclesiales deben establecer estructuras para la pastoral de los niños explotados como un aspecto importante de su misión de evangelización.