Este jueves se ha presentado la edición en español del libro De los pobres al Papa, del Papa al mundo, en el que el Papa Francisco se sincera ante las preguntas enviadas por personas pobres de todo el mundo acerca de diversos asuntos, como sobre las razones para su elección como sucesor de Pedro.
El cónclave en el que el Cardenal Jorge María Bergoglio salió elegido como Francisco se produjo tras la renuncia al gobierno de la Iglesia por parte de Benedicto XVI en febrero de 2013. El 13 de marzo, a las 19:06, el mundo entero conoció, a través de la fumata blanca que la Iglesia tenía un nuevo Papa, elegido el segundo día del cónclave, tras cinco rondas de votaciones.
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La pregunta sobre los motivos de la elección del Papa Francisco la hace Rita, desde Kansas (Estados Unidos), a lo que el Pontífice responde: “No tengo ni idea, pero me viene una pregunta… Es como preguntarle al burro que llevó a Jesús montado hasta Jerusalén: ‘¿Por qué te eligió a ti para montarse?’ Es un misterio. Yo no hice campaña, no pagué a nadie, no tengo grandes títulos universitarios, soy viejo… o sea, ¡un verdadero burro!”.
El Papa afirma que no recuerda cuál fue su primer pensamiento al confirmarse la designación, pero sí que “no tenía miedo” y que estaba tranquilo, aunque emocionado “interiormente”.
El Papa Francisco y la Asociación Lázaro
Este diálogo nace de una visita al Santo Padre programada en el año 2020 por el décimo aniversario de la Asociación Lázaro, que impulsa pisos solidarios en los que comparten la vida jóvenes y personas sintecho en Francia, España, Bélgica, Suiza, Reino Unido y México.
La idea era acudir con unas 200 personas, pero la pandemia lo impidió, así que sólo unos pocos pudieron compartir una mañana con el Santo Padre. Al concluir, uno de ellos, Christian, trató de convencer al Papa para continuar hablando en la hora del almuerzo, pero no fue posible.
Sin embargo, el Papa aceptó la propuesta de continuar el diálogo ampliándolo a los pobres del mundo entero. Así, se recopilaron más de mil cuestiones que fueron traducidas, clasificadas, seleccionadas y presentadas al Papa en nuevo diálogo con 8 personas de los Hogares Lázaro en representación de todos.
El Papa Francisco “en estado puro”
El Obispo de Getafe (España), Mons. Ginés García Beltrán, subrayó este jueves en la presentación del texto en España que en el libro “encontramos a Francisco en estado puro”, ya que, a su entender, “no se resiste a ninguna pregunta, responde siempre con sencillez y con un lenguaje que llega a todos y que todos pueden entender”.
Así, en el volumen se detallan aspectos biográficos del Pontífice, pero también “la profundidad de su corazón”, y constituye una oportunidad en la que expresa su predilección por los pobres, según explicó el Prelado:
“El diálogo con los pobres de la tierra que contiene estas páginas son una expresión más de esta preocupación, de este amor por los más necesitados, por los que se quedaron en la cuneta de la vida, con los que no cuentan. Es una nueva oportunidad que el Papa no desaprovecha para dar voz a los que no la tienen”.
Mons. García añadió sobre la predisposición del Papa a acudir a los medios, que “en muchas ocasiones las entrevistas del Papa están rodeadas por la polémica. No obstante, el Papa quiere correr ese riesgo”, porque, explicó, “es más fuerte en él el deseo de acercarse y dialogar con el hombre de hoy que lo que puedan generar sus opiniones”.
¿Cómo vive el Papa Francisco?
En el libro, el Papa Francisco ofrece detalles de su vida, tanto como laico, como religioso y, por supuesto, desde su elección al pontificado. Así, explica que se levanta habitualmente a las 4:45 horas, le tranquiliza escuchar música de Wagner, que de joven jugaba al fútbol de portero o que tuvo novia antes de entrar al seminario, con la que iba todos los fines de semana a bailar.
También hace alusión a sus pecados y defectos. Siendo definido como “ejemplo de simplicidad” por uno de sus interlocutores, responde: “No creas, no creas. Los pecados escondidos son los peores”.
Preguntado por sus defectos, detalla: “Soy como la leche hirviendo. ¿Cómo decir? Impaciente… A veces contesto demasiado rápido. A veces he llegado a creerme superior a otros. A veces no he tenido la paciencia de esperar. Y son defectos relacionados con la autosuficiencia, que es una raíz muy amarga y fea que tengo que vigilar constantemente”. En otro momento del diálogo reconoce que le resulta difícil en ocasiones “no ser rencoroso”.
También explica el Papa Francisco que se confiesa cada 15 días con el fraile español Manuel Blanco, de quien asegura: “Como buen franciscano, es manga ancha”.
El Papa Francisco y el gobierno de la Iglesia
Cuestionado por el modo que tiene de gobernar la Iglesia, el Papa Francisco afirma que confía “en la existencia del Espíritu Santo, en su presencia en el santo pueblo de Dios, en el pueblo de los bautizados: todos son hijos de Dios, los elegidos de Jesús, y tienen la unción del Espíritu Santo”.
“¿Y qué les dice a quienes afirman creer en Dios, pero no en la Iglesia?”, le preguntan. El Papa Francisco reconoce que esta percepción está muy extendida y se debe “a algunos sacerdotes y algunos obispos”. Sobre sí mismo, además añade: “El Papa a veces tampoco testimonia bien su fe y aleja a algunos de la Iglesia. En estos casos no hay cercanía porque falta compasión. Todos somos pecadores y la falta de cercanía, de compasión y de ternura son culpa del pecador”.
Por otro lado, el Pontífice afirma que “la Iglesia debe vivir en el presente, sostenida por el pasado, por la tradición. Vivir en el presente es crecer, el llevar hacia adelante la tradición cristiana”. A su entender, “la tradición es la seguridad del futuro y no un conservatorio de cosas antiguas. Sin tradición no hay futuro para la Iglesia, porque la savia viene de las raíces”. En este contexto, además asegura que “las verdades de la Iglesia no cambian con la historia, pero maduran”.
En respuesta a otra cuestión, sobre el futuro de la Iglesia, el Papa reflexiona: “El pecado del tradicionalismo es querer impedirle crecer. El pecado del progresismo, por su parte, es querer que crezca sin tradición, sin raíces”.
Preguntado por su mayor deseo como Papa, asegura: “Ser un buen sacerdote. Eso es lo que me viene. Nunca me he hecho esta pregunta, pero mi respuesta me sale del corazón”.
¿Qué dice el Papa Francisco sobre la pobreza?
Siendo este libro el resultado de la conversación entre el Papa Francisco y pobres de todo el mundo, la cuestión de la pobreza es tratada con abundancia. Así se abordan inquietudes sobre las riquezas del Vaticano o si el Papa tiene un sueldo.
En este sentido, señala que la misión de los pobres es ser “el lugar de encuentro con Jesús” y ofrece pautas para dar la limosna con auténtica caridad cristiana como mirar a los ojos, tocar la mano del pobre, preguntarle por sus necesidades, etc. “Hay que tener coraje para mirar a los ojos a un pobre, porque ahí también está mi culpa”, señala.
Además, alerta sobre el riesgo de “ideologizar la pobreza”. Así, el Papa Francisco, denuncia que “utilizar la pobreza como argumento ideológico es muy grave” y que “instrumentalizar ideológicamente la pobreza es otra forma de no respetar esa dignidad” con la que muchas familias viven en esta situación.